LOS VIAJES Y LAS HORAS by Rafael Manrique

autor:Rafael Manrique
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9788475849690
editor: LAERTES
publicado: 2014-12-01T00:00:00+00:00

13 h

Punto gps 20º 26’ 32’’ N

y 11º 18’ 41’’ E

Desierto del Teneré, Níger

Sentado en el suelo en el punto de gps 20º 26’ 32’’ N y 11º 18’ 4’’ E. Ninguna otra referencia es posible. Alrededor, en 360º, todo es llano, plano. La inclinaci ón de mi cabeza dibuja, gracias al ala del sombrero, algo de sombra sobre las hojas de la Moleskine, y eso me permite escribir.

La reverberación de la luz del sol no deja ver el horizonte. No es hermoso. Es extraño y violento. O tal vez lo es por eso mismo. Todo se convierte en un magma blanco, lechoso y opaco. Hasta la arena en la que estoy sentado lo es, y lo son el cielo y la atmósfera y todo cuanto miro en todas las direcciones. No hay lugar, no hay accidente, no hay singularidad en la que posar la vista. Marea un poco. La luz lo llena todo. Pudiera parecer, desde fuera, el cielo y, no obstante, es más bien el infierno. Si hay algo que sea 'nada' sin duda es este lugar en el que el espacio y el tiempo dejan de ser lo que entendemos por tales. Aquí ambos son excesivos y ambiguos. Ayer salimos de un punto que solo puedo señalar por sus coordenadas y llegamos a este otro en el que ocurre lo mismo.

Hay en el Sahara lugares como esta llanura del Teneré o los mares de dunas de Al-Awari, en Libia, que tienen esa particularidad en común: a lo largo de muchas jornadas haces un trayecto, un recorrido más o menos largo, en el que el principio y el fin son iguales. El tiempo y el espacio transcurren, pero la llanura es siempre llanura y las dunas son siempre dunas, nada más (y nada menos). No hay ninguna diferencia entre ayer y hoy, ni entre allí y aquí. Se me ocurre pensar en ese famoso relato de J. L. Borges en el que cada día todo vuelve a empezar. Y en algo menos literario: Epi y Blas tendrían un duro trabajo en este desierto del Teneré explicando el significado de los conceptos 'cerca' vs. 'lejos'. Este paisaje que no es ni paisaje hace que en seres hechos de espacio y tiempo, como somos los humanos, floten los sentimientos y el pensamiento, que, como la mirada, tampoco tienen donde fijarse. El paisaje nos da memoria. Aquí esto es imposible. Sin espacio, sin tiempo, sin memoria, sin diferencias..., todo lleno de luz. Dicen que el Cielo posee esas características. En ese caso, tampoco se diferencia de un infierno... como este.

Son las 13 h. A pesar del sol, hace frío. He dejado de escribir un momento. Levanto la vista y fuerzo los ojos intentando ver algo. Pero no es posible. Quizá lo que ocurre es que, en esta situación, lo que hay que contar o sentir proviene del interior de uno y no del exterior. Es como una sesión en el psiquiatra. Hablas con alguien que en realidad eres tú mismo, pero para hablar lo necesitas.

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