Los moros que trajo Franco by María Rosa de Madariaga

Los moros que trajo Franco by María Rosa de Madariaga

autor:María Rosa de Madariaga [Madariaga, María Rosa de]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Referencia, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 2002-01-01T05:00:00+00:00


En las proclamas que arrojó anoche en las cercanías de Madrid el avión rebelde que en vano pretendió acercarse a nuestra capital se vuelve a hacer hincapié en la calumniosa especie de que el gobierno tiene el propósito de hacer uso de gases asfixiantes para dominar la insurrección militar. Hay que añadir a las muchas felonías que vienen cometiendo los generales traidores esta más. ¿Qué pretenden con sembrar esta calumnia criminal? ¿Tal vez crearse un ambiente propicio para el día en que ellos vayan a hacer uso de tan infames medios? Porque ellos, y sólo ellos, han hecho «méritos» con las acciones de las hordas a su mando para que se les puedan atribuir propósitos de esta clase […].

No cabe descartar que esta intensa propaganda de los franquistas tuviese, en efecto, por objeto preparar a la opinión pública para una futura utilización de gases tóxicos por ellos mismos. Sea como fuere, con el precedente de la utilización de gases tóxicos durante la guerra del Rif, los republicanos tenían fundados temores de que los franquistas pudieran llegar a hacer uso de ellos. Entre las provisiones para asegurar la defensa de Madrid figuraba la relativa a la formación, en el Parque Central Farmacéutico, de equipos de desimpregnación, especialmente de 1936, en un artículo ilustrado con fotografías, en una de las cuales puede verse a uno de esos equipos efectuando unas prácticas, y, en otra, las explicaciones que da un miembro de los mismos sobre el funcionamiento de caretas antigás.

En diciembre de 1936, sobre la base de informaciones de las Brigadas Internacionales en Madrid de que los facciosos estaban cañoneando la capital con obuses cargados de gas, un miembro del Parlamento británico reclamó que se enviasen desde Inglaterra máscaras antigás[14]. Poco después, el gobierno británico anunció que había vendido una pequeña remesa de máscaras antigás al gobierno republicano, pero negó que el gas hubiese sido utilizado[15]. En marzo de 1937, circularon noticias de que entre las tropas italianas que combatían junto a los franquistas había compañías de guerra química y que los italianos llevaban máscaras antigás[16], a lo que los facciosos respondieron que ello era debido a que suponían que tenían que defenderse contra el gas[17]. Pocas semanas después, se informó de que un cargamento de gases tóxicos había sido enviado desde Hamburgo con destino a España, lo que indujo al gobierno británico a pedir al gobierno republicano, con sede en Valencia, y al franquista, en Salamanca, garantías de que no utilizarían gases asfixiantes en la guerra. Ambos lo hicieron, pero como en el mes de julio volviera a plantearse en Londres el asunto de los cargamentos de gas desde Hamburgo, los franquistas se apresuraron a anunciar que desde puertos del mar Negro habían llegado hacía poco a España grandes cantidades de componentes químicos para la fabricación de gases asfixiantes, por lo que estaban tratando de obtener más caretas antigás para protegerse[18]. Esta última información, muy difundida por la prensa alemana e italiana, fue desmentida por el gobierno de Valencia[19]. En resumidas cuentas,



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