Los años que vivimos PPeligrosamente by Cristina Pardo

autor:Cristina Pardo [Pardo, Cristina]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Comunicación
editor: ePubLibre
publicado: 2013-12-31T16:00:00+00:00

Ya les adelantaba en el capítulo anterior que mi experiencia profesional en la Comunidad Valenciana ha sido una de la que más sorpresas me ha dado. De todo tipo: buenas y no tan buenas, pero, sobre todo, peculiares.

Conocí a Ricardo Costa pocos días después de que se saliera de la carretera a bordo de su Infiniti. La oposición le exigía que aclarase cómo había adquirido un coche valorado en más de 60.000 euros, si acababa de hacer pública su relación de bienes y tenía un saldo negativo en las cuentas. Costa explicó que lo había pagado con lo que había sacado vendiendo el coche anterior, con ahorros y gracias a un préstamo de sus padres.

El día que yo le vi por primera vez, el 24 de mayo de 2009, aún llevaba el brazo vendado. Hacía cuatro o cinco días que Costa y Francisco Camps habían declarado como imputados ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana por su presunta relación con la trama Gürtel. Y Rajoy, que por aquel entonces aún apoyaba a la cúpula del PPCV de forma entusiasta, se fue a un acto político en Alicante a respaldar a Camps. Y bien que lo hizo. Llegó a decir que la historia de Camps sería «una historia feliz» para disgusto de «los inquisidores del siglo XXI». Sí, muy feliz todo, menos la hemeroteca. Y le dijo más cosas: «Creo en ti y en lo que haces. Te he visto actuar. Siempre estaré detrás de ti o delante o a un lado. Gracias, Paco». De nada. De eso le sirvió a Paco.

Aquel día, los líderes políticos, además de celebrar el mitin, se dieron un paseo por el Museo Arqueológico, donde se exponía El Discóbolo, una famosa escultura griega que muestra un cuerpo masculino en máxima tensión. Y ahí, junto al Discóbolo, hablé por primera vez con Costa. Creo recordar que la conversación fue totalmente intrascendente, pero agradable. Y entonces decidí que quería entrevistarle para La Sexta. Imaginé que no iba a ser fácil, pero lo conseguí. Me costó varios meses… y algo más. Bastante inesperado, pero teniendo en cuenta mis experiencias valencianas, tendría que estar curada de espanto.

Por aquel entonces aún se emitía Sé lo que hicisteis, donde se hacían bromas con Ricardo Costa casi a diario. En una muestra del sentido del humor que tiene, me prometió que me daría esa entrevista a cambio de un autógrafo de Patricia Conde. Y cumplió. El departamento de Producción de informativos llamó a Globomedia. Les dijimos que necesitábamos una foto de Conde dedicada «Para Ricardo», sin dar más detalles. Nos la enviaron y allí me presenté con ella a cobrarme mi entrevista. La gente de Sé lo que hicisteis no sabía lo que hice… hasta hoy. Espero que no me lo tengan en cuenta.

En aquella entrevista, Costa dio algún titular. Le pregunté si se pagaba sus trajes o se los habían pagado los de la Gürtel, como sospechaba el juez. Y me dijo: «¿Lo dice porque no le gustan o porque no los pagué? Sí, los pagué.

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