Las Reglas De Kiev by Alex Shaw

Las Reglas De Kiev by Alex Shaw

autor:Alex Shaw
La lengua: spa
Format: epub
editor: Hetman Publishing
publicado: 2014-06-11T00:00:00+00:00


Parque Shevchenko, Kiev.

El parque y la universidad de ladrillo rojo que daba a este habían recibido su nombre en honor al artista y poeta ucraniano Shevchenko, y no, como pensaban muchos visitantes de la Eurocopa 2012, al futbolista del mismo nombre.

Varchenko y Dudka tomaron un camino serpenteante alrededor del parque y luego se dirigieron a las mesas de ajedrez. Varios grupos de mayores jugaban al ajedrez en mesas diseñadas a tal efecto, entre las hojas que caían de los árboles, mientras otros miraban. Los dos antiguos oficiales de la KGB estaban acompañados por cuatro hombres de Varchenko, dos adelantados y los otros dos, detrás de ellos. Dudka sacudió unas cuantas hojas rojas oscuras de un banco del parque y se sentó. Varchenko, con desgana, también lo hizo.

“Mi hotel está a dos minutos. ¿Por qué insistió tanto en que nos citáramos aquí?”

“Así podemos ver a nuestros coetáneos jugando al ajedrez, Valery.”

“¿Qué quiere decir, Genna?”

“Que somos unos tipos con suerte, unos tipos con mucha suerte.”

“La suerte no tiene nada que ver. Es el trabajo sacrificado y un poco de visión lo que pone a cada uno donde está.”

“¿Es eso lo que le ocurre cuando bebe su brandy Napoleon?

“Genna, no sea frívolo.” Ese vehículo blindado suyo, ¿Qué transportaba?

“Realmente, no lo sé.”

“¿En serio?”

“Sí, en serio, Genna. Soy el propietario del banco, no un gerente del mismo. ¿Espera que yo sepa lo que hace cada uno de mis empleados? ¿Lo que contiene cada envío?

“No.” Dudka tomó una hoja del banco y la observó durante unos segundos. “Utilizaron un Modus Operandi distinto en el atraco a su camión, más frío, más violento. ¿Sabe el nombre del hombre al que dispararon?

“No, pero me enteré. Está casado. Se les apoyará económicamente hasta que se recupere.”

“Me pregunto por qué cambiarían el modo del atraco si eran los mismos atracadores.”

“¿Tiene algún motivo para pensar que los atracadores fueron otros?”

“Esta vez usaron un francotirador.”

“¿Y cuantos cientos de miles de esos tenemos en Ucrania?” Varchenko, de repente, palideció. “¿Cree que yo, personalmente, podría ser objetivo de un francotirador?”

“En absoluto. No adelante conclusiones. Si le quisieran a Vd. muerto, no se habrían preocupado por su camión.”

“Entonces, ¿Qué quieren?”

¿Dinero? Dudka ahora lo dudaba. Tenía que existir una razón de más peso, pero no iba a compartir sus ideas.

“Genna, estoy siendo objetivo de atracos y eso no me gusta.”

“No es la primera vez que atracan su banco.”

“Gracias por recordármelo.” Varchenko miró a su alrededor, todavía inquieto. “¿Por qué estamos aquí? ¿Nos estamos escondiendo a plena vista? ¿Es eso?

“Camuflaje.” Dudka se dio cuenta de que varios de los viejos allí reunidos habían reconocido a Varchenko. También se dio cuenta de que, a consecuencia de ello, Varchenko ahora estaba sentado con una postura más rigida.

“¿De dónde sacó la información del atraco de Imexbank?, el atraco que no existió.”

“¿Cómo?”

“Según la dotación del vehículo de Imexbank, les atracaron, pero lograron huir gracias a su formación y al conocimiento de técnicas de conducción evasiva.”

“Dos atracos en un día.”

“No.”

“Pero Vd. acaba de decir ...”

“Valery, sé lo que he dicho, pero hay un problema.



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