La vida entera by David Grossman

La vida entera by David Grossman

autor:David Grossman [Grossman, David]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Drama
editor: ePubLibre
publicado: 2008-01-01T05:00:00+00:00


Ilan volvió a casa después de haber huido de Adam y de mí y de haber probado un montón de casas por toda Jerusalén. Volvió con nosotros a Tsur Hadassa y de inmediato se quedó de piedra al ver cómo era Adam, o mejor dicho, al ver cómo yo había descuidado su educación y su habla, lo mismo, por supuesto, que el orden y la disciplina, de manera que así como llegó empezó a corregirlo.

Ora se ríe. ¿Tú entiendes algo? Adam y yo llevábamos solos prácticamente tres años, como dos salvajes en la selva, sin orden ni ley, cuando de pronto nos cae del cielo el misionero. Ahora resultaba que nada de lo que hacíamos estaba bien, que no teníamos horario ni pauta alguna, porque comíamos cuando teníamos hambre y dormíamos cuando estábamos cansados, además de que la casa era lo más parecido a un vertedero.

Espera, dice Ora levantando el dedo, que todavía hay más: que Adam andaba desnudo por el barrio, que engullía chocolate en cantidades industriales, que veía la tele sin criterio por mi parte y que llegaba a la guardería a las once de la mañana. Y que a su avanzada edad todavía no sabía usar el orinalito como debiera y que me llamaba Ora en lugar de mamá. ¡Aquello era la ciudad sin ley!

Conociendo a Ilan ya te puedes imaginar que enseguida tomó las riendas del hogar, con muy buen rollo, claro está, y siempre con una sonrisa —porque sabía que estaba conmigo condicionalmente—, pero de repente hicieron su aparición en la casa los relojes, uno en la cocina, uno pequeño en el salón y uno de Mickey Mouse en la habitación de Adam. Y puso en marcha la operación limpieza y orden. ¡Adiós a los buenos tiempos! Este sábado haremos un repaso de los juguetes de Adam, el sábado que viene toda tu papelería, ¿y qué pinta ahí ese botiquín reventando de medicamentos?

Ora se ríe sin alegría.

Aunque también tengo que confesar que eso me gustaba, no te vayas a creer que no. Resultaba agradable saber que había un hombre en la casa y que alguien empezaba a hacerle la guerra al caos. Resultaba como una especie de catarsis. ¡Los efectivos de los servicios de salvamento habían llegado! Y no te olvides de que estaba embarazada de Ofer, así que no me quedaban muchas fuerzas para oponerme a nada, además de que tanto entusiasmo por su parte parecía indicar que se estaba tomando muy en serio la preparación del nido y que en esta ocasión pensaba quedarse en él.

Abram camina a su lado moviendo a sus anchas los dedos de los pies que lleva ocultos en las botas de Ofer. Y eso que cuando hace un rato ha metido los pies allí ha anunciado enseguida que nadaba en ellas y que la cosa no iba a funcionar. Claro que va a funcionar, ya lo creo que sí, masculló Ora mientras abría la mochila que él llevaba a la espalda, sacaba de ella un par de calcetines bien gordos y mullidos y le decía que se los pusiera.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.