La Geisha de Ojos Verdes by India Millar

La Geisha de Ojos Verdes by India Millar

autor:India Millar [Millar, India]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Red Empress Publishing


11

Capítulo Once

La ósea luna observa

Sin interés.

¿Acaso nos ve?

* * *

Ciertamente se dice que a los dioses no les gusta que nosotros, simples humanos, tengamos demasiada buena fortuna. Demasiada felicidad no es buena para nosotros. Nos infla con orgullo y demasiada deidad para nuestro propio bien.

Me di cuenta de esto la misma semana que Mori-san hizo la oferta por mí y Danjuro vino a verme sin encontrarme.

Las chicas estaban ansiosas por saber qué había ocurrido. Sabían, por supuesto, que Danjuro había venido y había sido rechazado por Tía. Alguien estaba siempre despierto en la Casa Escondida, siempre escuchando, daba igual la hora del día. Kiku dijo que su cara había sido como un trueno cuando se marchó. Yo estaba encantada y no me molesté en ocultar mi deleite.

Oh, si solo hubiera sabido lo que estaba por llegar. ¡Qué humilde habría estado entonces! Aunque agradecía a los dioses por mi buena fortuna, si hubiera sabido cómo se estaban enfadando conmigo, me habría arrodillado enfrente del santuario doméstico, ofreciendo incienso y rezando para pedir perdón por mi propia felicidad.

Pero no lo hice. ¿Cómo podría? ¿Cómo podría cualquier simple humano conocer los caminos de los dioses? Y si lo hubiera sabido, habría sido un rostro falso lo que les hubiera presentado. Por primera vez en mi vida, sentía que tenía valor. Que era deseada. Que el hombre al que amaba me deseaba. ¿Podían incluso los dioses haber esperado que estuviera realmente algo menos que feliz?

Las chicas se agolparon alrededor mío tan pronto como salí de las habitaciones de Tía. Me empujaron hasta el baño y allí me rodearon. Incluso a la pequeña Suzume se le permitió entrar junto a nosotras después de que nos hubiera frotado las espaldas y enjuagado.

Orgullosamente, les conté cómo Mori-san había hecho una oferta por mí. No como su amante, sino como su esposa. Fue, creo, la única vez en toda su historia que la casa de baños de la Casa Escondida permaneció totalmente en silencio.

Luego, todas las chicas comenzaron a hablar a la vez. Las dejé charlar, engreída en mi propia alegría. Hasta que Masaki – encaramada en los escalones, como siempre- preguntó, ̶ ¿Y qué pasa con Danjuro? Todas le oímos entrar, y Suzume le llevó directamente a Tía. ¿No es cierto, Suzume?

Hinchada con la importancia de ser incluida en la conversación, Suzume asintió enérgicamente. ̶ Así es. Quería a Midori-chan, y cuando le dije que estaba ocupada con un cliente, pensé que iba a explotar de la rabia. Quería que fuera a buscar a Midori-chan de inmediato. En seguida. Y cuando dije que no podía, me contestó que iría a buscarla él mismo.

Todas las chicas respiraron profundamente, con los ojos abiertos de par en par. Yo estaba tan inflada con prepotencia, que me sorprendía no estar flotando por encima del agua hirviendo.

̶ ¡No!» dijo Kiku con voz entrecortada. ̶ ¿Qué dijiste?

̶ Hice una reverencia y le dije que no podía hacer eso, que si lo hiciera, Tía me desollaría viva. Logré sonar realmente aterrorizada, y él se calmó un poco, dijo que comprendía que no era culpa mía.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.