La física del Coyote y el Correcaminos by Luis Javier Plata Rosas

La física del Coyote y el Correcaminos by Luis Javier Plata Rosas

autor:Luis Javier Plata Rosas
La lengua: spa
Format: azw3, epub
Tags: Ciencias naturales, Divulgación, Psicología
editor: ePubLibre
publicado: 2016-01-01T06:00:00+00:00


Esto no es… esto no es… esto no es todo:

La tartamudez de Porky

PORKY: Me rehú… me rehú… me rehú… ¡me niego!

Ninguna de las Fantasías Animadas de Ayer y Hoy puede terminar sin que el porcino personaje de saco azul y moño rojo nos aclare, con el rasgo que nos permite identificarlo de inmediato y tan solo con oírlo, que, realmente, eso es todo, amigos. Si una palabra basta para, en una trivia, adivinar de qué personaje de caricatura hablamos, en el caso de Porky esta es tartamudez[23]. Y, aunque a primera vista podría parecer, como hemos visto en otros capítulos cuando de estigmatizar a alguien se trata (por ser obeso, por tener algún desorden mental o por cualquier otra razón), que la influencia de un cerdo tartamudo sería más bien negativa, Gerald F. Johnson, investigador de la Universidad de Wisconsin y especialista en trastornos del habla, señala que, por el contrario, las caricaturas de Porky podrían ser benéficas como parte de una terapia para niños que tartamudean.

Tanto en la voz original de Mel Blanc como en su doblaje al español, el tipo y los sonidos de la tartamudez de Porky no pueden considerarse como los típicos de un tartamudo «real», si pensamos en que los responsables del tartamudeo porcino tenían en mente más un efecto humorístico que (si es que alguna vez lo pensaron) la imitación con la mayor exactitud posible de un tartamudo.

De acuerdo con Johnson, generaciones enteras de tartamudos de todas las edades han vivido aterrorizados ante la amenaza de ser rebautizados como Porky (no lo dice Johnson, pero suponemos que el terror aumenta exponencialmente cuando la posible víctima tiene, además, sobrepeso). Y no ayuda demasiado el que Porky casi siempre sea objeto de burlas y abusos del Pato Lucas y otros personajes.

Pero la gran enseñanza de Porky es que, a pesar de verse comúnmente envuelto en situaciones problemáticas, siempre se las arregla para salir bien librado de ellas; por ello, no obstante su severa tartamudez, este cerdo ha conseguido desempeñarse exitosamente como granjero, dependiente de una gasolinera, marinero, ferrocarrilero, piloto, miembro de la Legión Extranjera, locutor y policía, entre otros oficios. Y su tartamudez, aunque es divertida para quienes vemos la caricatura, no es motivo de risa para Lucas ni para ninguno de sus coestrellas, que en vez de ello se aprovechan de su carácter afable y se refieren a él como «gordito» o «jamón» (esto último, en todo caso y dado que se trata de un puerco, podría ser más descriptivo que peyorativo).

Al parecer, la tartamudez de Porky tiene un origen genético, ya que su padre, Phineas, también era tartamudo. En un corto de 1939, Porky y Teabiscuit, Phineas tartamudea 11.6 % de las palabras que dice, pero su aflicción se incrementa con la edad, ya que la proporción sube a 51.4 % en 1936 en Porky the Rainmaker (Porky, el hacedor de lluvia) y se conserva alta en 1938 en Porky’s Poppa (El papá de Porky). En estos cortos Mel Blanc aún no hacía las voces y la tartamudez era más realista.



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