(Jaritos 05) El accionista mayoritario(c.1) by Petros Markaris

(Jaritos 05) El accionista mayoritario(c.1) by Petros Markaris

autor:Petros Markaris
La lengua: es
Format: mobi
Tags: detective
publicado: 2009-10-15T22:00:00+00:00


Capítulo 26

La velada duró hasta altas horas de la noche, aunque Katerina no salió de su cuarto. Por la tarde pasaron también los padres de Fanis, que habían llegado en un vuelo regular desde Janiá. Adrianí compró hojaldre, quesos y huevos, y preparó una tirópita porque no queríamos salir a cenar y dejar sola a Katerina. Un par de veces, Adrianí propuso ir a ver cómo se encontraba, pero Fanis se lo impidió del modo más amable que pudo. Le explicó que Katerina tenía un sueño tan ligero que el menor ruido la despertaba. Si aún no dormía, no le sentaría bien sentirse vigilada, la experiencia del secuestro había sido bastante desagradable.

De modo que nos dedicamos a escuchar a Fanis, que nos contó todo lo que había ocurrido en el barco. Era la primera vez que yo oía la historia, pero Sebastí, Pródromos y Adrianí se la sabían de memoria. Eso no les impedía santiguarse en las escenas más dramáticas, y, cuando llegamos al momento de la separación de Katerina y Fanis, llovieron insultos y tacos.

Cuantas más cosas nos contaba Fanis sobre su peripecia, más me parecía que habían caído en manos de unos terroristas de pacotilla; sí, se cubrían con pasamontañas y amenazaban a los rehenes con sus Kaláshnikov, pero víctimas no ha habido, ni muertos ni heridos, salvo, por supuesto, el pobre albanés que pagó los platos rotos en Kosovo. No se trataba ni de Bin Laden, ni de Al Zarqaui. De hecho, si no hubiesen asesinado al albanés, hubieran podido negociar un acuerdo para entregarse en términos muy favorables. Persistía la duda de si cumplirían su amenaza de matar un extranjero cada día. Tal vez sólo fueran palabras. Tal vez no. Para cerciorarnos, buscábamos continuamente el amparo de la televisión, pero no hacíamos más que oír, uno tras otro, análisis de la situación por parte de supuestos expertos, nacionales e internacionales —norteamericanos, británicos, alemanes—, que coincidían todos en un punto: el asesinato de alguno de los pasajeros asestaría un golpe mortal al prestigio internacional del país. Oía todas esas opiniones sin que me impresionaran lo más mínimo, porque, primero con la cuestión de Chipre, y luego con la de Macedonia, hace años que oigo lo mismo, y el prestigio internacional del país no ha mermado ni crecido, sea porque, como todo el mundo sabe, es tan bajo que nada lo altera, o porque está tan hundido que ya no puede caer más bajo.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.