Génesis de la Línea Óder-Neisse by Wolfgang Wagner

autor:Wolfgang Wagner [Wagner, Wolfgang]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 1957-01-01T00:00:00+00:00

2. El telón de hierro

Entre tanto el «Tercer Reich» se había reducido a escombros. En las últimas semanas y en los últimos días el pensamiento del simple soldado y el del mando militar estaba dominado por el deseo de resistir todo lo que se pudiese en el Este para que las tropas de las potencias occidentales penetrasen lo más profundamente posible en Alemania[567]. Pero el Alto Mando de los aliados occidentales rechazó todas las sugestiones, aunque procediesen de un hombre como Churchill[568] y, vigilado celosamente por los oficiales de enlace del Ejército Rojo, actuó según puntos de vista exclusivamente militares. El intento de capitular primero frente al Occidente fué rechazado. Por último el Alto Mando alemán abandonó también esta última condición y el 7 de mayo firmó en Reims la capitulación incondicional mientras por el Este se iba desbordando de día en día la oleada de los ejércitos derrotados y de la población que huía. Como se trataba de una capitulación militar, los Aliados tomaron como base, no el proyecto de capitulación que se había redactado antes pensando en la capitulación del Gobierno alemán, sino un documento nuevo[569] en el que faltaba la indicación concertada en Yalta sobre el propósito de los aliados de desmembrar Alemania. Parece que el Gobierno británico se mostraba, desde hacía algún tiempo, reservado frente a esta idea[570] ; Stalin declaró dos días después, el 9 de mayo, que Alemania no debía ser desmembrada[571]. Sólo en el último momento, ante la presión del embajador americano Winant se introdujo en el documento[572] un párrafo en términos generales que debía asegurar a los aliados la libre disposición sobre Alemania.

En la lucha contra la Alemania nacionalsocialista, los aliados, tan diferentes por lo demás, habían estado unidos casi durante 4 años. Pero ahora, una vez que el adversario estaba vencido, y por tierra, se iba viendo cada vez más claramente que el Oeste y el Este perseguían fines completamente distintos. Mientras que las potencias occidentales pensaban principalmente en tomar medidas contra un resurgimiento de la potencia militar alemana, la Unión Soviética se concentraba en la ampliación de su zona de poder en Europa[573].

Se ha comprobado[574] que Russia llevó a cabo a principios de 1945 una nueva orientación de su política europea. El éxito militar no solamente había fortalecido la confianza en sus propias fuerzas, sino que había reavivado también la esperanza de una expansión del comunismo. Con mayor desconfianza que nunca se comportó ante todo aquello que le pudiera parecer que ponía en peligros sus nuevos objetivos[575]. Así pasó un período de tiempo hasta que los Soviets se hubieron convencido de que nada estaba más lejos de la intención de las potencias occidentales que aceptar los pensamientos de algunos en Alemania y proseguir la guerra contra Rusia con el resto del ejército alemán. ¿Qué es lo que debió mover a la Unión Soviética, a pesar de esos temores que albergó largo tiempo, a abandonar el pensamiento de borrar Alemania del mapa desmembrándola? Apenas si se puede admitir que le bastara

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