El Testamento del Pescador by César Vidal

El Testamento del Pescador by César Vidal

autor:César Vidal [Vidal, César]
La lengua: spa
Format: epub, mobi
Tags: Novela Histórica
ISBN: 9788427030527
publicado: 2010-04-11T22:00:00+00:00


banqueros prósperos pero ¿qué sería de nosotros si comenzaran a preocuparnos los ancianos, si sufriéramos cada vez que abandonamos a una niña recién nacida, si dedicáramos nuestros esfuerzos a los enfermos en lugar de apartarlos de nosotros para evitar el contagio? ¿Acaso te das cuenta del caos que surgiría de esa doctrina? No, Vitalis, no. Quizá ese pescador sea inocente, quizá no desee el mal de Roma, pero lo que enseña difícilmente puede tener consecuencias positivas para nosotros. Guardé silencio. Roscio no había escuchado a Petrós pero lo que decía sobre él distaba mucho de ser absurdo o carente de sentido. En realidad, indicaba una perspicacia notable, justo la misma que siempre había causado mi admiración.

-¿Sabes en qué va a terminar todo, Vitalis?

Me encogí de hombros mientras volvía a llevarme la copa a los labios para comprobar con desagrado que estaba vacía de nuevo.

-Pues yo te lo voy a decir -comentó Roscio-. Nerón seguirá apretando a ese hombre para que siga contando la historia de Jesús. Puede que continúe mostrando la misma agudeza que ahora pero, más tarde o más temprano, tendrá que contar algo sobre su crucifixión que -no lo olvides-fue dictada por Poncio Pilato. Llegados a ese punto, al césar no le costará encontrar vínculos más que sospechosos entre Petrós y su difunto mentor, especialmente en lo que a su condena se refiere, y ahí terminará todo. Lo más probable es que acabe también crucificado, aunque será más afortunado que muchos reos. Es viejo y no aguantará mucho en el patíbulo. La mención de la crucifixión hizo que sintiera sobre la boca del estómago un peso desagradable, similar al de una bola metálica. No es porque no estuviera acostumbrado a esa forma de ejecución. Yo mismo la había ordenado docenas de veces en que así lo exigían los intereses de Roma pero ahora... ahora la simple perspectiva de que Petrós pudiera terminar colgando de un madero me ponía enfermo.

-Esto no es una guerra servil... -comenté mientras me echaba más vino.

-No, claro que no -concedió Roscio-. No da la sensación de que los nazarenos vayan a alzarse en armas como Espartaco y sus gladiadores. No lo han hecho en más de treinta años y no existe grupo violento que soporte tanto tiempo sin degollar a alguien. Sin embargo, creo que esa circunstancia no los exime de peligrosidad. Para ser sinceros, no sé qué me produce más sobresalto, si un grupo de esclavos que desea rebanarme el cuello o un movimiento de bárbaros que no tiene el menor reparo en considerar que merece la pena salvar cualquier vida humana sea de la condición que sea.

Roscio hizo una pausa y me miró. También lo estaba pasando mal. Ni



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.