El tejado de vidrio by Andrés Trapiello

El tejado de vidrio by Andrés Trapiello

autor:Andrés Trapiello [Trapiello, Andrés]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 1994-01-01T00:00:00+00:00


* * *

HE leído el fragmento que escribí ayer. Parece de la mano de uno de esos misántropos que torcerían el cuello a todos los ruiseñores. De esos que piensan que todos los ruiseñores tienen la lengua podrida. Quién sabe. Seguramente podría matizarse todo eso, pero perdería mordiente. O sea, sin quererlo estaría uno ya, con el estilo, dorándole la píldora al magnífico e inteligente lector que aún sostiene entre sus manos las páginas de este libro, etc.

* * *

HOY X. me ha contado algunos episodios de la guerra civil, que pasó en diferentes frentes. No son en absoluto excepcionales, se parecen a otros muchos que me han referido o que yo he leído aquí y allá: un padre que se ve obligado a matar a su hijo, herido en la sierra; unos falangistas que conducen por las calles del pueblo a un alcalde de Izquierda Republicana, antes de soltarle un tiro en la cabeza, frente a la iglesia, a la vista de todo el pueblo. Me conmueve la memoria que tienen los hombres que hicieron la guerra para recordar el nombre de esos pequeños pueblos perdidos en el monte, de los que nunca antes habían oído hablar y a los que jamás retomaron: La Motilla, Alaejos, Ventaquemada… Es una especie de galantería y reconocimiento para con la Desconocida, que entonces y a última hora, cuando parecía que sellaría sus bocas en un frío y largo beso, los desechó por otros.

X., funcionario del Ministerio de Cultura, acaba de informar negativamente para que se le conceda una pequeña ayuda a la edición de los poemas de Francis Jammes, uno de los primeros tomos de La Veleta. Como el hecho no dejaba de ser insólito y exigía alguna explicación más, ese hombre me ha telefoneado esta mañana para justificar su rechazo entre zalemas y las aceptadas y conocidas fórmulas de hipocresía literaria, y creyendo que me consolaba, añadió que quizá no le gustaba del todo Jammes (que él pronunciaba James, como de Henry) debido a que cuando «leía en un libro la palabra Dios, se me cruzan los cables». Lástima que no se haya electrocutado de paso.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.