El silencio blanco y otros cuentos by Jack London

El silencio blanco y otros cuentos by Jack London

autor:Jack London [London, Jack]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Relato, Aventuras
editor: ePubLibre
publicado: 1978-04-23T05:00:00+00:00


Por un bistec

Con el pedazo de pan que le quedaba, Tom King rebañó del plato la última partícula de gachas y masticó con aire meditabundo el bocado resultante. Luego se levantó de la mesa con una inconfundible sensación de hambre en el estómago. Y, sin embargo, él era el único que había comido. A los niños que dormían en el cuarto vecino les habían mandado a la cama antes de la hora acostumbrada, para que con el sueño olvidaran que no habían cenado. Su mujer no había probado bocado, y le contemplaba en silencio, sentada frente a él, con mirada solícita. Era una de esas mujeres de la clase trabajadora, consumidas y prematuramente avejentadas, aunque en su rostro aún se adivinaban restos de una belleza pasada. La harina para hacer las gachas la había pedido prestada a la vecina de enfrente, y los últimos dos peniques que les quedaban los había empleado en comprar pan.

King se sentó junto a la ventana en una silla desvencijada que protestó quejumbrosa bajo su peso. Mecánicamente se llevó la pipa a la boca y hundió la mano en el bolsillo de la chaqueta. La ausencia de tabaco le hizo cobrar conciencia de su acción y, reprochándose su olvido con gesto malhumorado, volvió a guardarse la pipa en el bolsillo. Sus movimientos eran lentos y casi forzados como si el peso de sus músculos representara para él una carga. Era un hombre de cuerpo fornido, apariencia imperturbable, y no precisamente atractivo. Llevaba un traje raído, viejo y deformado. El cuero de los zapatos no soportaba ya el peso de las suelas que él mismo les había puesto no precisamente en días muy recientes, y su camisa de algodón, que a lo más habría costado un par de chelines, tenía el cuello deshilachado y unas manchas de pintura imposibles de quitar.

Pero era el rostro de Tom King lo que anunciaba al mundo lo que era. Tenía la cara típica del luchador profesional, de un hombre que había pasado muchos años de servicio en el ring y que a lo largo de ellos había adquirido y acentuado todos los rasgos que caracterizan al animal de pelea. Era el suyo indudablemente un semblante amenazador, y para que ningún rasgo escapara a la vista del observador, iba además perfectamente afeitado. Los labios informes formaban una boca de línea excesivamente dura que se abría en su rostro como una cuchillada. La mandíbula era agresiva, voluminosa, brutal. Los ojos, de movimientos lentos y párpados pesados, carecían casi de expresión bajo las cejas pobladas y muy juntas. Todo en él era puro animal, pero los ojos eran lo más animal de todo. Eran los ojos adormilados, leoninos del animal luchador. La frente huidiza se inclinaba hacia atrás, hacia el nacimiento del cabello que, por estar cortado al cepillo, mostraba todos y cada uno de los bultos de aquella cabeza de abominable apariencia. La nariz, dos veces rota y moldeada del modo más irregular posible por incontables golpes, y una oreja en forma



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.