El refugio by Mick Kitson

El refugio by Mick Kitson

autor:Mick Kitson
La lengua: spa
Format: mobi, epub
Tags: Drama, Intriga, Novela
editor: ePubLibre
publicado: 2018-04-23T07:00:00+00:00


10

Campamento

Las cosas iban bien con Ingrid. Teníamos comida, y yo cazaba en el bosque. Había faisanes en su bosque, y eso significa que había algún coto de caza por ahí, en alguna parte, porque los faisanes no son autóctonos de Escocia, y los introducen para que los ricos los cacen. Y son muy fáciles de cazar. Hacen mucho ruido y no saben camuflarse, y a veces se quedan quietos mientras alguien les apunta y se prepara para disparar. No hace falta mucha puntería para acertar a un faisán. Creo que hasta con un tirachinas seguramente habría podido cazar alguno. El primer día en el terreno de Ingrid conseguí disparar a dos.

Ingrid y Peppa se quedaron en el campamento y lavaron ropa y la pusieron a secar, y después Ingrid intentó convertir las pieles de conejo que Peppa había cosido en un gorro que le fuera bien. Hacía más frío, pero de día brillaba el sol, y por las noches helaba. Peppa leía su libro, Ingrid se sentaba frente a la hoguera y cortaba las pieles y medía la cabeza de Peppa, y después empezó a coserlas. Mientras lo hacía le dio por enseñar a Peppa palabras en alemán, y al principio tuvo que enseñarle todas las palabrotas. A ella no le importaba, y aunque era vieja le parecía normal enseñar a Peppa a decir joder, y gilipollas y capullo en alemán. Decía: «Esas son las palabras más interesantes en cualquier lengua. No son palabras malas, son palabras como todas las demás». Y Peppa le preguntó cómo se decía cojones y huevos y polla.

Cuando volví con los faisanes Peppa me dijo que el Popanz es el equivalente al «coco» en alemán, y que sujetador, en alemán, se dice Büstenhalter, que significa «sujetapechos», y que polla se dice Schwanz. Yo desplumé los faisanes e Ingrid me pidió que no tirara esas plumas largas que tienen, que las quería para decorar, aunque ella no lo dijo bien, dijo «decorativar».

Los vacié y les echamos sal y los asamos sobre el fuego, con unos palos. Ingrid preparó arroz en la olla grande y tomamos arroz con faisán asado. Después Ingrid sacó unas manzanas de una caja. Las tenía todas envueltas en servilletas de papel, y eran rojas, y dulces.

Ingrid dijo:

—Mañana os haré un refugio abovedado. Voy a necesitar el mío pronto, porque creo que en dos días nevará.

Al día siguiente nos levantamos temprano, y había escarcha, y yo me metí en el bosque y corté plantones para nuestro refugio. Lo construimos muy cerca del de Ingrid, para que la puerta quedara cerca de la hoguera. Usé unas piedras para crear tres bases, y después corté más troncos para la cama. Tuve que subir bastante desde el campamento para encontrar ramas de abeto, y mientras lo hacía, Ingrid y Peppa empezaron a atar los plantones con la cuerda de nilón.

Tuve que adentrarme bastante, bosque arriba, para poder ver las ramas altas de los abetos, de un verde más oscuro, y encontré unos ocho muy grandes entre los demás árboles.



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