El genio del idioma by Álex Grijelmo

El genio del idioma by Álex Grijelmo

autor:Álex Grijelmo [Grijelmo, Álex]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Referencia, Comunicación
editor: ePubLibre
publicado: 2003-12-31T16:00:00+00:00


IX El genio del idioma es preciso

La precisión constituye otra de las obsesiones del genio de la lengua. Los campesinos medievales que sabían distinguir las variedades del ganado o de los équidos, cada una con su nombre, se acostumbraron a nombrar las zoquetas, los cañiceros y los hocinos, a agavillar lo segado y a salir al acarreo. Cada objeto tenía su palabra, y cada función su verbo.

Eso estaba y eso permanece en la mentalidad del pueblo hispanohablante, que busca siempre atinar en los matices. Todo atentado contra la precisión de la lengua es un acto de leso genio del idioma.

El Diccionario del español ha acogido el galicismo «devenir» (que se escribe igual en francés) y lo define como equivalente de «sobrevenir», «suceder», «acaecer» o «llegar a ser». Como concepto filosófico, «el devenir» es «la realidad entendida como proceso o cambio, que a veces se opone a ser». Así, «el devenir» puede ser «el desarrollo», «la evolución» o «el proceso» de algo.

Pensando en francés, uno puede «devenir catedrático»; es decir, llegar a ser catedrático. O pensando en español: «convertirse en catedrático». La expresión francesa parece ganarle al español en la significación de un proceso, un camino en el cual el sujeto se está transformando para terminar en el sustantivo o adjetivo que la sigue. Pero llama la atención, como muy bien ha expuesto Emilio Lorenzo, la facilidad del español para ganar a su vez en precisión y eficacia a ese «devenir» que tanto acomplejaba a algunos filósofos desilusionados por no encontrar en nuestro idioma un sustantivo y un verbo equivalentes a «derivar del ser». Porque «devenir» se dice en español de muchas maneras: devenir vulgaire, por ejemplo, es «adocenarse». Y devenir fou, «enloquecer». Y hacerse viejo, «envejecer» (o «avejentarse», que la precisión del español sabe distinguir el ser del parecer). Y así tenemos «rejuvenecer», «enriquecerse», «adelgazar», «engordar», «debilitar», «ablandar», «enrojecer» (y «ruborizarse», «sonrojarse»), «abaratar», «encarecer», «acrecentar»… Verbos que no existen en otras lenguas y que ganan en precisión frente a cualquier alternativa. El español puede decir «enamorarse», significando así el proceso, el devenir, mientras que el francés debe acudir a tomber amoreux y el inglés a to fall in love, con un tránsito necesariamente brusco pues los dos hablan de una caída.

Ir perdiendo el pelo sería «encalvecer», y una traducción de «abarraganarse» en inglés nos daría nada menos que to enter into concubinage[94]. Son centenares los ejemplos que nos ofrece el diccionario que, para mayor rigor, concretan el devenir en evoluciones precisas.

El genio busca atinar con los matices y tiende a la especialización de las palabras. Eso no quiere decir que cada término corresponda a un significado y sólo a uno, sino que significados cercanos pero no iguales deben encontrar sus términos precisos y por tanto, distintos.

Partimos de la base de que el genio ha consentido oposiciones lingüísticas que, a diferencia de las oposiciones lógicas, no son exclusivas, sino inclusivas[95]. Y sin embargo es casi imposible el error (salvo intencionado). Así, tenemos la oposición día-noche. Pero la noche está dentro del día.



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