El color del espejo by Natalia Santiesteban Mosquera

El color del espejo by Natalia Santiesteban Mosquera

autor:Natalia Santiesteban Mosquera
La lengua: spa
Format: epub
editor: Universidad Icesi
publicado: 2017-03-15T00:00:00+00:00


Necesito un espejo para poder dibujarme por dentro, que refleje lo que siento y lo que quiero: Martina

Del lado de Martina, el aprendizaje y la performancia de la belleza parecen haberse visto más obstaculizados por los entornos familiares y de la escuela. Probablemente ella, más allá de contar con menos recursos simbólicos o sociales, estaba guiada por otros deseos e intenciones. Noto que mientras LaCigarra se orientaba a las relaciones con los demás e invertía mucho de su energía en cultivar una vida y un estatus social satisfactorios, Martina quizá perseguía más la posibilidad de auto-reconocerse, al margen de los condicionamientos sociales, en vez de tener ganas de negociar con ellos. En esa medida, pienso que para Martina, los actos de escribir y de darse a leer performan su (auto) reconocimiento.

Puesto que no le era posible crear redes a su alrededor a la manera de las más populares, los procesos escriturales fueron vitales en su existencia. La poesía, lejos de ser un pasatiempo o un lujo, constituyó para ella un refugio, un lugar del que no quisiera salir corriendo y un remanente de la estabilidad que siempre buscó y que tanto se asemeja a la belleza que ella no alcanza a definir. En Martina, la escritura 'dio forma a la calidad de la luz bajo la cual podía afirmar sus esperanzas y sueños de cambio y supervivencia, primero en el lenguaje y luego en acciones más tangibles' ( Lorde, 1985 : 1). 43

Puesto que la vida social de esta narradora fue más austera que la de LaCigarra, su relato nos ofrece otros aspectos de las relaciones entre estética e identidad. Por un lado, el componente o la dimensión relacional del asunto, que se enuncia en el relato de Orika pero que realmente explicita en el de Martina. A saber, la heterosexualidad obligatoria o en palabras de la misma Orika, 'la obligada relación con los muchachos '. Por otro lado, la narración de Martina devela una mirada en la que la fealdad también es performativa: se asume y/o se aprende, al igual que la belleza.

Al hablar de una dimensión relacional, me refiero a que según lo que exponen Orika y Martina, ser bella es algo que se aprend,e pero sobre todo se valida únicamente en las relaciones erótico-afectivas heterosexuales que como Orika lo dice, resultan obligatorias. Martina lo explica así:

Como esa era mi situación, las otras habían tenido novio, mientras yo ni siquiera había dado mi primer beso. Entonces, el hecho de que uno esté tan reprimido y de estudiar en un colegio femenino también le impide como relacionarse con personas del otro sexo y de alguna manera, sentirse atractiva, digámoslo así. Si ellas han tenido la posibilidad de tener novio, es como que han sido bonitas en algún momento, para alguien. Yo no había tenido la oportunidad de relacionarme con otras personas porque número uno, no salía y número dos, no estaba dentro de un parámetro de belleza para poderle agradar a otra persona.

Aunque el relato de Martina indica que



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