Cuentos para ser escuchados by Fernando Ruiz Rico

autor:Fernando Ruiz Rico [Rico, Fernando Ruiz]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 2020-02-16T16:00:00+00:00

¡¡¡Grrrrrrr!!!

–¡¡¡Grrrrrrrrrrrrrrrrr, uhhhhhhhhhhhhhhh!!!

–Venga, deja de hacer tonterías y ponte el bañador. Llegas tarde a la clase de natación.

«Buena manera de comenzar la semana», pensó el papá de Dani. «Lunes por la tarde y ya está haciendo tonterías, cuando llegue el viernes no habrá quien le aguante».

–¡¡¡Grrrrrrrrrrrrrrrrr, uhhhhhhhhhhhhhhh!!!

–Hijo, venga, que comienza la clase.

Pero Dani seguía persiguiendo a los niños que todavía se encontraban en el vestuario, intentando asustarles con los brazos levantados, gruñendo y enseñando los dientes. Se subía por encima de los bancos y gritaba, haciendo muecas extrañas.

–¡¡¡Grrrrrrrrrrrrrrrrr, uhhhhhhhhhhhhhhh!!! ¡¡¡Grrrrrrrrrrrrrrrrr, uhhhhhhhhhhhhhhh!!!

–Hijo, por favor, al final tendré que enfadarme. Deja tranquilos a tus compañeros y cámbiate.

–Papá, estoy practicando. Es un ejercicio del colegio.

Unos cuantos gruñidos después, Dani por fin acabó de ponerse el gorro, el bañador y los calcetines de natación. Pero incluso saliendo del vestuario seguía persiguiendo al resto de niños, andando de manera curiosa, a veces corriendo como si estuviera loco, y otras veces arrastrando una pierna, como si cojeara.

El martes no fue diferente, gruñidos desde que se levantó, y unas cuantas persecuciones detrás de su hermano con los brazos levantados y enseñándole los dientes.

–¡¡¡Grrrrrrrrrrrrrrrrr, uhhhhhhhhhhhhhhh!!!

–Hijo, por favor, ¿ya estás otra vez con el mismo rugido de león que ayer?

–Papá, no soy un león, estoy practicando. Es un ejercicio de clase.

El miércoles más de lo mismo. Se escondió en el aseo a oscuras y cuando su padre entró a lavarse la cara, le dio un susto de muerte.

–¡¡¡Grrrrrrrrrrrrrrrrr, uhhhhhhhhhhhhhhh!!!

–¡Ahhh! Esto empieza a ser muy molesto –se quejó su padre enfadado–. Si no eres un león, ¿acaso eres un tigre? ¿O tal vez un oso? Sí... ¡¡¡eres un oso!!!

–Que no, papá, es un ejercicio de clase y nos han dicho que practiquemos.

El jueves su padre esperaba un día diferente. Dani se sentó a desayunar sin gruñir, sin gritar, sin decir ni una palabra. Pero de repente, justo después de entrar en su habitación para vestirse...

–¡¡¡Grrrrrrrrrrrrrrrrr, uhhhhhhhhhhhhhhh!!! Papá, antes de que digas nada, es un ejercicio del cole, nos han dicho que practiquemos.

Ya era viernes. Dani un poco más cansado, esta vez se levantó más relajado, desayunó y se vistió tranquilo, pero de camino al cole...

–¡¡¡Grrrrrrrrrrrrrrrrr, uhhhhhhhhhhhhhhh!!! ¡¡¡Grrrrrrrrrrrrrrrrr, uhhhhhhhhhhhhhhh!!!

–Uffffffff, hijo, ¿no podrías callarte un poquito? ¿Qué es lo que te traes entre manos? ¿Es que estáis aprendiendo a pronunciar la «R» en clase?

–Que no papá, no es eso.

El día anterior Dani llevaba una nota en su mochila. Ese viernes las clases acababan un poco antes y todos los padres debían entrar al aula de sus hijos para recogerlos allí. El papá de Dani decidió aprovechar la ocasión para preguntar al resto de padres si sus hijos también llevaban toda la semana gruñendo.

Pero poco después de entrar en el colegio, se apagaron las luces y se cerraron todas las puertas. Era de día, pero apenas se podía distinguir nada. Alguien había bajado las persianas y los cristales de los pasillos tenían pegadas unas cartulinas negras.

Se montó un gran revuelo. Todo a oscuras y por allí no aparecían ni la conserje ni los profesores ni los niños.

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