Cuatro futuros by Peter Frase

Cuatro futuros by Peter Frase

autor:Peter Frase [Frase, Peter]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Sociología
editor: ePubLibre
publicado: 2016-02-13T16:00:00+00:00


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Anti Star Trek

Como hemos visto en las páginas anteriores, Star Trek ofrece una fábula de una sociedad igualitaria y de posescasez. Pero ¿en qué consistiría dicha sociedad si no existiera el igualitarismo? En otras palabras, dada la abundancia material posibilitada por el replicador, ¿cómo sería posible mantener un sistema basado en el dinero, las ganancias y el poder de clase?

A los economistas les gusta afirmar que el funcionamiento de las economías de mercado capitalistas es óptimo cuando se utilizan para asignar bienes escasos. Entonces, ¿cómo preservar el capitalismo en un mundo donde, en gran medida, la escasez se puede superar? Ello plantea una especie de antítesis del universo de Star Trek que, si bien contempla las mismas precondiciones técnicas, las integra en un conjunto diferente de relaciones sociales.

Como señalé con anterioridad, la propiedad intelectual difiere de cualquier otro tipo de propiedad porque otorga derechos no solo sobre objetos específicos, sino también sobre pautas y todas las copias y usos de esas pautas. Y toda la infraestructura de Star Trek se basa en pautas que se introducen en el replicador y se utilizan como base para fabricar un objeto físico, del mismo modo que un plano proporciona los pasos para la construcción de una casa.

Esta es la característica de la ley de propiedad intelectual que proporciona una base económica para anti Star Trek: la capacidad de decirles a los demás cómo usar copias de una idea o pauta que alguien «posee». Así, a diferencia de Star Trek, no todos tienen acceso a sus propios replicadores. Y, para obtener acceso a un replicador, hay que comprar uno a una empresa que otorgue el derecho de usarlo. Nadie puede dar ni crear un replicador por su cuenta, pues eso viola la licencia y conlleva problemas legales. Además, cada vez que se lleva a cabo una acción con el replicador, también hay que pagar una tarifa de licencia a quien posee los derechos de esa actividad en particular. El capitán Jean-Luc Picard suele pedir al replicador: «Té, Earl Grey, caliente». Pero su contraparte de Star Trek tendría que pagar a la empresa que ha registrado la pauta del replicador para el té Earl Grey caliente. (Se supone que otra empresa poseería los derechos del té frío).

Algo parecido al mundo anti Star Trek se encuentra en la serie de cómics del cambio de milenio llamada Transmetropolitan, de Warren Ellis. La historia se centra en Spider Jerusalem, un curtido periodista que se abre paso en un mundo mugriento, violento y hedonista, ambientado en un futuro no especificado. Spider tiene una «máquina creadora», parecida a un replicador, aunque bastante más extraña e impredecible. Y aparte del material para crear, Spider debe esperar a la nueva entrega de los «códigos de fabricante» para replicar objetos nuevos.

Al menos de manera superficial, el modelo anti Star Trek resuelve el problema de cómo mantener una empresa capitalista con fines de lucro. Cualquiera que intentase satisfacer sus necesidades usando su replicador pero sin pagar los derechos de autor, se convertiría en un criminal, como Aaron Swartz o Jammie Thomas-Rasset.



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