Crónica negra del Grial by Mariano Fernández Urresti

autor:Mariano Fernández Urresti [Fernández Urresti, Mariano]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 2016-02-11T00:00:00+00:00

LA REGLA Y SUS SOMBRAS

La versión ortodoxa de esta historia se encuentra con la evidente incomodidad que supone para ella la afirmación de Guillermo de Tiro, quien, refiriéndose a los caballeros, aseguró que «aunque llevaban nueve años embarcados en esta empresa, no eran más que nueve». Incluso Alain Demurger, historiador nada sospechoso de dar crédito a interpretaciones fantasiosas, concede que lo escrito por Guillermo de Tiro «nos deja más que escépticos». Y las cosas se complican aún más para la ortodoxia cuando debe admitir como cierto que Hugo de Payns regresó a Francia junto a cinco de aquellos esquivos compañeros suyos, lo que obliga a Demurger a escribir: «Nueve menos seis, quedan tres en Jerusalén. ¿No parece un poco justo para cumplir las misiones de la Orden?».

¿Qué hace entonces el ortodoxo historiador francés para sacudirse de encima semejante zozobra? Pues dudar de la credibilidad de Guillermo de Tiro y afirmar que «los templarios eran ya mucho más numerosos». De modo que como los datos no encajan en la teoría que defiende, los obvia. Una solución esta que no parece muy académica.

Pero lo cierto es que Hugo de Payns regresó a Francia nueve años después de su partida escoltado por Godofredo de Saint-Omer, Godofredo Bisol, Jacques de Rossal, Payen de Montdidier y Archimbaldo de Saint-Aignant. Es posible, considera Demurger, que el puñado de hombres hiciera un alto en Roma para mantener una entrevista con el papa Honorio II (1124-1130), quien pareció ponerse de su lado, aunque nunca sabremos si lo hizo de buena gana u obligado como consecuencia de que los recién llegados estaban en posesión de algo que les permitía negociar con ventaja.

Es bastante probable que Hugo de Payns arribara a Francia con un borrador de la futura Regla de la orden, previamente pactado con el Papa antes de que se solicitase la convocatoria formal de un concilio en Troyes.

Demurger propone unas intenciones diferentes en el regreso de Hugo a su tierra. En su opinión, la orden padecía una crisis de crecimiento debido a que algunos hombres no lograban sofocar la duda que les generaba el hecho de que en las refriegas contra los árabes pudieran morir también cristianos que se mezclaban con los forajidos. Una teoría que considero graciosa, puesto que el propio Demurger afirma que la orden era ya numerosa, poniendo en tela de juicio la veracidad de la afirmación de Guillermo de Tiro a propósito de que nueve años después no había más templarios que los primeros.

Como más tarde indicaré, es probable que en la Orden del Temple convivieran diferentes grados de iniciación, y parece factible que únicamente el círculo más selecto y minoritario tuviera conocimiento de lo que habían descubierto en Tierra Santa. De manera que la siguiente fase del plan era configurar justamente una orden de caballería auténtica, no una mera ficción. Upton-Ward cree que Hugo de Champaña, cuya amistad con Bernardo de Claraval ya he mencionado, «pudo estar detrás de la carta aparentemente enviada por Balduino II a Bernardo (…), se le pedía que obtuviera la aprobación papal para la Orden».

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