Beso by Ted Dekker & Erin Healy

Beso by Ted Dekker & Erin Healy

autor:Ted Dekker & Erin Healy [Dekker, Ted & Healy, Erin]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga
editor: ePubLibre
publicado: 2007-12-31T16:00:00+00:00


Capítulo 21

Durante el resto de aquel día y del siguiente, parecía que Wayne intentaba evitar el contacto con Shauna y no apartarse de su lado a la vez, rompiendo aquel código solo una vez, cuando le dio un beso rápido y caballeresco en el reverso de la mano antes de separarse aquella noche en el salón de la casa de invitados.

Ella se despertó de noche con los ruidos de él moviéndose por el salón. ¿Controlando que ella no huyera de nuevo? ¿Planeando entrar y asfixiarla mientras dormía?

Shauna no volvió a tomar el sueño.

¿Cómo podría escaparse de su ojo asesino?

Él no quería que ella recordara que él había intentado matarla. Él se había presentado en su vida como su amante para mantener aquel recuerdo acorralado.

Si ella no hubiera desarrollado aquella extraña habilidad suya, Shauna no tenía duda alguna de que habría funcionado. Ahora estaría planeando dejar aquel miserable hogar atrás y rehacer uno nuevo en Houston con su peor enemigo.

¿Querría matarla? ¿Organizar otra tragedia? ¿Otro accidente?

¿Había estado organizado su accidente? Si así era, ella no era la responsable del estado de Rudy. Lo era otro. Wayne Spade. Si pudiera probarlo ella lograría tener paz mental y Rudy tendría justicia, aunque no recuperaría su antigua vida.

Asumiendo que Wayne no hubiera, sencillamente, aprovechado una oportunidad en medio de un desafortunado incidente.

¿Por qué quería Wayne verla muerta en primer lugar?

Tal vez Corbin había sabido la respuesta a esa pregunta.

Si ese era el caso, ¿por qué Corbin no se lo contó aquel día en el Statesman? ¿Por qué llevarla a ella, y a su muerte, a su casa? ¿Qué era tan peligroso para contárselo entonces y allí?

De acuerdo. A lo mejor Corbin no lo sabía, pero su testigo sí.

Lo que no tenía sentido. ¿Por qué no querría Wayne matar al testigo? ¿Porque no sabía quién era el testigo? ¿Mató a Corbin para mandarle una advertencia al testigo? ¿Para alejar al testigo de allí?

Un dolor enraizado en la parte de atrás de la cabeza de Shauna le serpenteó por los oídos.

Quizá no había testigo. Solo un hombre de paja que Corbin había creado para protegerse a sí mismo, aunque eso le había hecho un flaco favor. Si, como fuera, sabía de un testigo que podría divulgar lo que él (¿o ella?) había visto, ¿por qué ocultar esa información hasta que Shauna salió del coma? ¿Por qué no ir derecho a la policía el primer día? ¿Cuál era el motivo para decírselo a ella y no a la ley?

¿Simplemente para mantenerlo fuera del alcance de Wayne?

Aquello tampoco tenía sentido. Corbin podía habérselo dicho sin montar aquel circo dramático.

Si Miguel Lopez era el testigo que quería que ella siguiese viva, podría haber dicho: «Wayne Spade quiere matarte». No, «Wayne Spade no es tu amigo».

No es tu amigo. Eso es quedarse muy corto.

En ese momento Shauna creía que entendía más de aquella situación de lo que Miguel y Corbin habían entendido nunca. Cuando el primer rayo de luz rozó el suelo del dormitorio, ella tenía más preguntas y tan solo unas pocas certezas: no estaba a salvo con Wayne.



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