Aquel verano en París by José Luis Díez-Garde

autor:José Luis Díez-Garde [Díez-Garde, José Luis]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga, Histórico, Realista
editor: ePubLibre
publicado: 2023-10-01T00:00:00+00:00

* * *

—Me han invitado a la fiesta de Fath —⁠dijo Mati tirándose bocabajo en la cama.

—¡Me muero! —contestó Pilar, que dejó a un lado la novela de Corín Tellado que le había prestado su compañera de cuarto⁠—. Voy a contárselo ahora mismo a Asun.

Mati no se había recompuesto todavía en la cama cuando ya tenía una audiencia considerable dentro de la habitación. Las chicas se habían enterado de la notica y todas querían saber qué iba a hacer.

—Pero ¿tú eres consciente de lo que dices, chica? —⁠remarcó Asun, emocionada—. Vas a alternar con lo más de lo más de esta ciudad.

—¿Qué te vas a poner? —preguntó Charo.

—¿Podemos conseguir algún modelito de las chicas de la casa? —⁠le preguntó Pilar a Asun, a la que veía como la solución de todos los problemas.

—Podemos intentarlo, algo tendrán para dejarte… si es que no lo van a usar ellas. Allí va todo chichifú de la ciudad —⁠contestó.

—¿Qué pensarán doña Felisa y don Juan? —⁠preguntó preocupada Mati.

—Que piensen lo que quieran, en tu tiempo libre haces lo que te venga en gana —⁠reivindicó Merceditas.

—Eso sí, tienes que hacer un juramento delante de todas —⁠Asun se puso seria—. Delante de tus compañeras. Pero ¡levanta el brazo, mujer!

Mati se sentó en la cama y levantó el brazo tal y como le estaba indicando Asun. Esta vio sobre la mesa el libro que había dejado Pilar, Atrevida apuesta. Un nombre que le pareció muy apropiado para esta situación. Lo cogió y le pidió que pusiera su mano derecha sobre el libro y levantara la izquierda.

—Ahora sí. ¿Juras delante de tus compañeras que no perderás detalle de la fiesta y lo grabarás todo en tu mente para relatarlo, con todo lujo de detalles, a tus amigas del taller? —⁠Y le hizo un gesto con la cabeza para que respondiera.

—Lo juro —dijo Mati asumiendo con seriedad fingida el papel otorgado.

—Has hecho un juramento delante de tus hermanas del taller. Nosotras responderemos ante ti.

Todas aplaudieron al unísono como celebración de aquel compromiso adquirido, lo que provocó que se acercara la encargada del hotel para ver de qué iba aquel alboroto. Cuando consiguió disolverse el tumulto de jóvenes nerviosas por el secreto que todas iban a guardar, Mati pudo por fin comenzar a procesar la situación y a saborearla.

Sola ya en la habitación, con Pilar leyendo, se dispuso a desmaquillarse. Al pasar la toalla por su rostro, dejó a la vista el antojo que tenía debajo de las pestañas.

—¿Siempre te lo tapas? —preguntó Pilar.

—Sí, no me gusta.

—Yo creo que te queda muy gracioso. Te da personalidad.

—Pero qué sabrás tú de personalidad —⁠dijo Mati mientras se giraba y regalaba una sonrisa a su amiga.

—Seguramente poco, pero aun así opino que estás guapa.

—¿Y tú no tienes novio? Nunca cuentas nada.

—A mí los hombres solo me han dado disgustos. Apuesto a que acabaré vistiendo santos como mi tía Encarna.

—No si podemos evitarlo. ¡Esto es París!

—Uy, quita, quita, a ver qué hago yo con un gabacho.

Las chicas se quedaron charlando un rato más. Por

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