Tabú. El juego prohibido by Nicolás Horacio Manzur

autor:Nicolás Horacio Manzur
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9789874774538
editor: Ediciones Fey
publicado: 2021-01-13T00:00:00+00:00

CAPÍTULO 14

Gastón

Leti hablaba por celular de manera frenética; era obvio que no escuchaba la respuesta que quería. Tenía un carácter muy fuerte cuando se trataba de cumplir con el trabajo y no convenía enfrentársele cuando creía llevar la razón. Mi mente estaba en otro lado, me odiaba por eso.

La noche en la que nos encontramos en el gimnasio pensé en evitarlo. Pero verlo en el vestuario con expresión abatida me indicó que algo le había sucedido. No quiso hablar sobre ello, entonces se me ocurrió acercarme un poco más, indagar en sus sentimientos e investigar los míos.

Había sido una terrible idea. En el auto, el silencio se apoderó de la situación y me fue incómodo tenerlo tan cerca. Mi corazón latía fuerte, intenté con todo mi ser que no se me notaran los nervios. De vez en cuando lo miraba, sus ojos me maravillaban: tan azules y profundos, llenos de vida, atrapantes. Si alguna vez llegara a querer conquistarme con ellos, caería sin remedio. ¡Y sus labios! Pasaría el día entero besándolos.

Pensé que podría mejorar la situación, pero Leandro era habilidoso. Ambos perdimos: nos preguntamos cosas que no queríamos responder, sucumbimos a la incomodidad y él intentó tocarme. No, en realidad él ganó. Ir a ese restaurante con él, sin que Leti lo supiera, me había generado una adrenalina demasiado tentadora.

—Amor, ¿estás acá?

Leticia se sentaba frente a mí con el celular en una mano y la agenda en la otra.

—Perdón, no estaba escuchando.

—Ya recibí la última confirmación que faltaba. A algunos no les causó mucha gracia que se adelantara la fecha. Un par de amigos no van a poder venir porque tienen otros compromisos.

—Aja…

—Me encantaría que todos estuvieran, pero bueno, no todo se puede en la vida, ¿no?

—Claro…

—Gas, ¿fuiste a ver el traje?

—¿Eh?

—¡Gastón, dale! Ponele onda, amor. Estas en otra, cabecita de novio.

Leti se levantó y me dio un beso.

—Voy al salón para ultimar los detalles.

Me entregó una tarjeta con la dirección del lugar y salió de casa apurada.

Mi celular sonó. Una llamada de Leandro. Me debatía entre contestar o dejar que vaya al buzón de voz, pero…

—Hola —saludé.

Me arrepentí de haber atendido. Tuve el impuso de cortar, sin embargo, quería oír su voz.

—¿Cómo le va, profesor?

—Me hacés sentir viejo al hablarme de esa manera.

—Perdón. —Rio. En ese instante imaginé su sonrisa—. ¿Qué hacías?

—Me estaba por vestir.

—¿Vas a algún lado con Leticia? —preguntó. Su voz era tensa

—No. Tengo que ir a probarme trajes de novio… solo. —Silencio—. ¿Cortaste?

—No… Emmm. ¿Querés que te acompañe? Soy un experto en trajes.

No lo dudaba. Lo imaginé vestido de traje y mi pulso se aceleró.

—Dale. Nos vemos en una hora, ahora te paso la dirección.

Cuando corté el miedo me asaltó. ¿Había hecho bien?

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