No hay nadie en casa by Dubravka Ugrešić

No hay nadie en casa by Dubravka Ugrešić

autor:Dubravka Ugrešić [Ugrešić, Dubravka]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 2004-12-31T16:00:00+00:00


OPIO

NO TE PONGAS ASÍ

Ocurrió una vez que fui a pasar tres días a una ciudad provinciana de Europa. Y todo por culpa de mi voluntad blanda y sumisa. Los organizadores del festival local de literatura me habían enviado invitaciones excesivamente cordiales. La chica de la dirección del certamen me esperó en el aeropuerto y muy amable me dejó en la puerta del hotel. Me instalé. Di una vuelta por la localidad, visité el monumento local construido por los antiguos romanos. Al día siguiente la chica me llevó en coche hasta el cercano campus universitario, donde tenía fijados dos encuentros con estudiantes de escritura creativa. «Ésta es una escritora muy famosa…», dijo una profesora con dientes de caballo y la cara surcada de capilares, y esbozó una sonrisa de disculpa. Era obvio que no sabía ni quién era yo ni qué hacer conmigo. La segunda profesora era más espabilada que la primera. Ésa logró pronunciar mi nombre (aunque no el apellido), pero por otro lado no me dejó abrir la boca. Me resigné. Por suerte, habíamos agotado la mañana. Quedaba todavía agotar la tarde y la noche.

En el exterior soplaba el viento helado de marzo. El hotel ahorraba en calefacción. Me fui a dar un paseo por la ciudad. Para entrar un poco en calor, me metí en la librería local. La tienda estaba abarrotada de libros de memorias: desde Memorias de una geisha, pasando por Mi vida y Mi vida hasta ahora, y Turning Memories Into Memoirs (Transformar memorias en libros de memorias). Entre todos me llamó la atención un libro de tapas modestas, Los profetas. Cogí ese librito y Mi vida, de alguien, también de oferta, pagué y salí a la calle.

En un comercio compré dos jerséis, uno negro y otro beis. En una panadería compré unos dulces de hojaldre. En el cine local adquirí una entrada para ver Syriana, pero la proyección no comenzaba hasta las ocho. Los dos o tres bares locales a los que eché un vistazo me parecieron deprimentes. No quedaba adonde ir. Se me habían acabado las ideas y todavía eran las doce del mediodía. Sólo al día siguiente por la tarde los organizadores del festival irían a recogerme para llevarme a un acto literario. Viajaría a casa el día después por la mañana. Regresé a la habitación del hotel, me puse los dos jerséis, el negro y el beis, me metí en la cama y me tapé con la colcha. Cogí el mando de la televisión. La polvareda levantada por la caricatura danesa, que había puesto en pie a todo el mundo musulmán, se estaba calmando. Ya no quemaban banderas. Apagué la tele y la habitación se volvió más fría. La situación en la que me encontraba parecía no tener salida. Abrí el librito de tapas modestas. El autor prometía iniciarme rápida y eficazmente en las cuestiones de la fe. Toda fe es buena, señalaba el autor con benevolencia.

CONÓCETE A TI MISMO

No sé nada en absoluto acerca de las cuestiones de la fe,



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.