Mommy amor en uso. Embarazo y maternidad. FUera miedos, fuera mitos by Ana M. Longo

Mommy amor en uso. Embarazo y maternidad. FUera miedos, fuera mitos by Ana M. Longo

autor:Ana M. Longo [Longo, Ana M.]
La lengua: eng
Format: epub
Tags: maternidd, embarazo, educación, bebés, madres, padres
editor: Tregolam
publicado: 2017-12-14T23:00:00+00:00


La sociedad no debe inmiscuirse

Este tema es algo que me impresiona y además muy a fondo. Sigo dando el pecho a mi bebé de quince meses.

Cuando nos lo planteamos, mi pareja y yo creíamos que probar íamos a dárselo unos tres meses, después siguió a seis. Pues el hecho se ha alargado en el tiempo y es lo mejor que he podido hacer. Aun así, he de decir que una se siente bastante sola e incomprendida.

Parece que hay que ponerse un límite obligatoriamente, una edad tope porque luego está mal visto. La coletilla de 'se lo das, AÚN ', es demasiado usual.

Toda la gente que te rodea decide por ti, al nacer es maravilloso, muy beneficioso... pero luego hay que finalizar.

Decidir si hay o no que parar, el cuándo y el cómo, con todo mi respeto, lo decidiremos mi bebé y yo. Ambas disfrutamos mucho. Es duro, pero también es muy satisfactorio y mágico, diría yo. Sentir a tu bebé tan pegado a ti es inigualable.

Me parece tan paradójico que el pediatra nos diga que demos pecho hasta los seis meses exclusivamente ya que es fabuloso para el bebé, es muy nutritivo, le protege de enfermedades... pero a partir de ahí cambia la cosa. Desde ese momento, según personas de las ideas de este pediatra, las mujeres que seguimos amamantando de día y de noche dejamos de ser madres entregadas que dan lo más saludable a sus bebés para señalarnos como un chupete. ¡Vaya, ahora soy un trozo de látex!, pues diré que con mejor sabor.

También debo resaltar que mi marido y yo pusimos algo de empeño en darle a probar el chupete a la niña, pero sus caras eran todo un poema, para mal quiero decir, entre repulsión y sorpresa, ¿qué era eso que le metíamos en la boca y que no servía para nada?

Mi bebé no podía utilizarme como algo que no había querido nunca. Además de comer cuando le viniese en gana, ella sí quería estar con su madre, el contacto, el calor, el sonido acompasado de mi corazón, el olor que notó en los primeros momentos de su llegada al mundo, mi voz, decirle que la quiero, mis ojos en los suyos. Sí, sí, el chupete es un total símil de una madre.

Además de soltarme esa oratoria, el pediatra me escribió en un papel el título de un libro del doctor Estivill, contrario a la crianza con apego y partidario de dejar llorar a los bebés por la noche para que consigan dormirse solos.

Tras preguntarme en las dos siguientes consultas si lo estaba poniendo en práctica y verme esbozar un medio sí bajando la vista no ha vuelto a pregunt ármelo. Dejar al bebé llorando por las noches, ¿somos sus madres o sus castigadoras? Lo único que han hecho es desearnos a su lado y por ello, ¿debe corregirse su conducta? Cuando quieran besos o abrazos, ¿debemos indicarles cuántos pueden darnos?

O, bueno, podemos ser algo piadosas y



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