Mente Zen, mente de principiante by Shunryu Suzuki

Mente Zen, mente de principiante by Shunryu Suzuki

autor:Shunryu Suzuki [Suzuki, Shunryu]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Espiritualidad, Filosofía
editor: ePubLibre
publicado: 1970-01-01T05:00:00+00:00


Pulir un azulejo

Cuando uno se convierte en uno mismo, el Zen se convierte en Zen. Cuando somos nosotros mismos, se ven las cosas tal como son y uno se identifica en un todo con lo que lo rodea.

Las paradojas del Zen, o koans, son muy difíciles de comprender mientras no se comprenda lo que estamos haciendo momento tras momento. Pero si uno comprende exactamente lo que está haciendo en cada momento, los koans no resultan tan difíciles. ¡Hay tantos koans! Les he hablado muchas veces del de la rana, y, cada vez que lo hago, todos ríen. Pero una rana es algo muy interesante. Han de notar que la rana también se sienta como nosotros. ¡Pero no piensa que está haciendo algo muy especial! Cuando uno va a un zendo y se sienta, tal vez piense que se está haciendo algo muy especial. Mientras el marido o la esposa están durmiendo, uno practica zazén. ¡Aquí está uno haciendo algo especial mientras el cónyuge holga! Tal vez sea así como se comprende el zazén. Pero volvamos a la rana.

La rana también se sienta como nosotros, aunque sin la menor idea de zazén. Obsérvenla. Si algo la molesta, hace una mueca. Si algo comestible se pone a su alcance, lo caza, se lo come y sigue sentada. En realidad, eso es nuestro zazén: nada especial.

Hay un koan tipo rana que viene aquí al caso. Baso fue un famoso maestro de Zen apodado El Maestro Caballo. Baso era discípulo de Nangaku, uno de los discípulos del Sexto Patriarca. Un día, cuando estudiaba con Nangaku, Baso estaba sentado, practicando zazén. Era un hombre muy corpulento. Cuando hablaba, la lengua le llegaba hasta la nariz. Tenía una voz fuerte. Su zazén debe de haber sido muy bueno. Nangaku lo vio sentado como una gran montaña o como una rana. Nangaku le preguntó «¿qué estás haciendo?». «Estoy practicando zazén», respondió Baso. «¿Por qué estás practicando zazén?». «Quiero lograr iluminación, quiero ser un Buda», dijo el discípulo. ¿Saben lo que hizo el maestro? Levantó un azulejo y comenzó a pulirlo. En el Japón, después de sacar el azulejo del horno, se pule para darle un fino acabado. Así, Nangaku levantó el azulejo y comenzó a pulirlo. Baso, el discípulo le preguntó «¿qué haces?». «Quiero convertir este azulejo en una joya», dijo Nangaku. «¿Cómo es posible convertir un azulejo en una joya?», preguntó Baso. «¿Cómo es posible convertirse en Buda practicando zazén?», respondió Nangaku. «¿Quieres alcanzar la budidad? Fuera de tu mente ordinaria, no hay budidad alguna. Cuando un carro no camina, ¿a quién fustigas? ¿Al carro o al caballo?»

Lo que Nangaku quiso decir en este caso es que cualquier cosa que uno haga es zazén. El verdadero zazén es algo que está más allá del yacer en la cama o sentarse en el zendo. Si nuestro marido o esposa está en la cama, eso es zazén. Cuando se piensa «yo estoy sentado acá y mi cónyuge está en la cama», entonces, aunque se esté en la posición de piernas cruzadas, ese zazén no es el verdadero.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.