Manual de Historia Política y Social de España (1808-2011) by Miguel Matorell Santos Juliá

autor:Miguel Matorell, Santos Juliá [Miguel Matorell, Santos Juliá]
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9788490562840
editor: RBA Libros
publicado: 2014-06-01T22:00:00+00:00

Trabajo legislativo no faltaba, pues, una vez que la Constitución quedó aprobada el 9 de diciembre en una votación en la que tomaron parte 368 de los 466 diputados que componían la cámara. Todos los asistentes votaron a favor, y otros 17, ausentes, manifestaron su deseo de que constaran sus votos afirmativos, de modo que la Constitución fue aprobada por el 82,6 % de la cámara, que procedió de inmediato a la elección del presidente de la República en la persona de quien lo había sido del gobierno hasta octubre, Niceto Alcalá-Zamora. Con eso, los constituyentes recuperaban para la más alta magistratura al representante del sector más moderado, y más católico, del republicanismo.

3. LA COALICIÓN REPUBLICANO-SOCIALISTA

Pronto comenzaron los problemas. El primero, una vez confirmado Azaña en la presidencia, fue la negativa de Alejandro Lerroux a seguir en el gobierno si los socialistas, que habían reafirmado su compromiso en el congreso extraordinario celebrado en junio, permanecían en él. Ante este dilema, Azaña, con el apoyo de Alcalá-Zamora, optó por retener a los socialistas mientras el Partido Radical pasaba a la oposición. Se atenía así a un principio que le había guiado desde antiguo: las democracias del siglo XX necesitaban sostenerse en una alianza de la clase obrera con las clases medias, más aún en el caso de España, atravesada por una profunda crisis social, con las clases en lucha y grandes reformas pendientes. Romper la alianza interclasista que sirvió de base a la instauración de la República y expulsar al partido obrero y a su sindicato del gobierno habría sustraído al nuevo régimen un apoyo fundamental, mientras que el paso de los radicales a la oposición garantizaba la presencia de una alternativa leal a la Constitución. Así que Azaña formó el nuevo gobierno llevando a Fernando de los Ríos a Instrucción Pública y creando para Indalecio Prieto el Ministerio de Obras Públicas. Los radical-socialistas Albornoz y Domingo se hacían cargo de Justicia y de Agricultura, Industria y Comercio, y entraban Luis de Zulueta en Estado, y Jaume Carner en Hacienda.

En su presentación a las Cortes, Azaña anunció que la pasada dispersión gubernamental, actuando cada ministro como representante de su partido, dejaría paso a la ejecución de un amplio programa parlamentario acordado en Consejo de Ministros, que llegaría a las Cortes como ponencia del gobierno y que sería sometido a la aprobación de la cámara. Anunciaba así una forma distinta de gobernar para un ambicioso programa de gobierno. Por lo pronto, dijo, sería preciso aprobar el presupuesto, la Ley de Reforma Agraria, el Estatuto de Cataluña y la ley Electoral. En cumplimiento de lo establecido en la Constitución, el Parlamento votaría también la reforma de Código Civil, con la introducción del divorcio y la equiparación de derechos de la mujer; después, una nueva ley de Orden Público, una Ley Orgánica del Tribunal de Garantías Constitucionales, otra de elección del presidente del Tribunal Supremo, la ley de Confesiones y Congregaciones religiosas; la reforma educativa, con la universalización de la enseñanza primaria y de

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