Los vengadores del 86 by Juan Pablo De Luca

Los vengadores del 86 by Juan Pablo De Luca

autor:Juan Pablo De Luca [De Luca, Juan Pablo]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Intriga, Otros, Novela
editor: ePubLibre
publicado: 2021-06-15T00:00:00+00:00


BISTURÍ

Entonces recibimos la invitación. La reunión la organizó Sammy —siguió Jack—. Nos invitó a todos a su penthouse con Londres a sus pies. En The Scalpel, ese apodo está ganado porque el edificio parece un bisturí que se eleva al cielo. Yo había estado muchas veces, del resto del grupo ninguno lo conocía.

Sammy la armó bien. Debía torcernos la voluntad. Que cumpliésemos esa promesa dicha en un pub, aquella vez que festejábamos el campeonato logrado por nuestro equipo.

La mejor comida, la mejor bebida, lo que se nos ocurriese… Y las tres “masajistas” tailandesas.

Una noche muy especial.

Nos dejó disfrutar de todos los placeres. Para bien o para mal, esa noche quedaría para siempre en nuestra memoria. En medio de ese despliegue, se encendió una gigantesca pantalla curvada de LED que ocupaba todo un lateral del amplio ambiente, imagino que lo usaría a diario para seguir la evolución de bonos, acciones y criptomonedas. En la transmisión apareció Teófilo.

Teo era una especie de Rambo latinoamericano y durante una hora nos explicaría con detalles precisos, ayudado por mapas y rutas, la acción que nos inducían a realizar. Él hablaba perfecto inglés, tal vez con un leve acento latino.

Nos mirábamos con Bobby, Charlie y Gordon. No podíamos creerlo. Pero nos estaban involucrando en algo que nunca habíamos tomado en serio. Aquella promesa de borrachos.

Una de las tailandesas, Lawan creo que era el nombre, se nos acercó y nos dio un sobre a cada uno. Decía “Misión Azteca” y el nombre de la persona a quién iba dirigido.

Sammy sabía en donde clavar el bisturí. Ya expliqué que había desarrollado su parte superior pero en especial su cerebro.

A cada uno nos extorsionaba de distinta manera. A mí en el bolsillo, tenía deudas y me las solucionaría a cambio de esta acción. Así al resto del grupo, sabría qué escondía cada uno de nosotros. Pero era lo suficiente poderoso como para que no pudiésemos negarnos.

El plan puesto en boca de Teo, que nos hablaba desde la pantalla, resumido parecía sencillo:



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