La red es un bosque by Antonio Rodríguez de las Heras

autor:Antonio Rodríguez de las Heras
La lengua: spa
Format: epub
editor: Alt autores
publicado: 2017-06-17T00:00:00+00:00

Final de trayecto

Somos como viajeros de un tren esforzándonos en mirar a través del cristal de la ventanilla empañado de vaho y hollín. Son solo cuatro luces difuminadas de un apeadero pero, de cansados que estamos, queremos creer que ya es la estación terminal.

Y es que el viaje, como el cambio, cansan. Cansa que el mundo se mueva tan veloz como la máquina que te lleva…, cuando en realidad hemos nacido para un paisaje cotidiano. Y que el mundo cambie al ritmo de los desarrollos tecnológicos también cansa, pues nuestro cerebro necesita un tiempo de adaptación a lo nuevo, y cuando ya se ha hecho a ello quiere que permanezca, ya que la incertidumbre fatiga la mente como el traqueteo del tren fatiga el cuerpo.

Esto explica que seamos impacientes y que después de tan largo viaje nos empeñemos en convencernos de que más avances no son posibles, de que hemos llegado al final del trayecto. Lo que tenemos es asombroso, cierto, pero lo que se anuncia no es ya alcanzable.

Así que buscamos cualquier fórmula para negar de alguna manera aquello que nos avisa de que el viaje sigue, de que solo estamos en un apeadero.

Para soportar el viaje soy partidario de preparar el ánimo con la ayuda de la historia social y cultural de la técnica, de la ciencia, tan poco considerada hasta ahora en la educación. Entre otros beneficios estaría el de hacernos ver cómo nos comportamos cuando los desarrollos técnicos y tecnológicos entran en nuestras vidas, cambian nuestro entorno, nuestras condiciones de vida, abren posibilidades inimaginables a la vez que nos obligan a desprendernos de cosas y hábitos que tenemos. Provocan siempre una crisis de lo establecido y nos aproximan al vértigo de lo incierto, de lo aún no probado.

Hace unos días formé parte del tribunal de una tesis doctoral, realizada por un ingeniero de caminos, sobre la obra de Gustave Eiffel en España. Una de las aportaciones del estudio era la de poder apreciar las resistencias a las construcciones en hierro, especialmente las arquitectónicas (como estaciones, mercados…), habidas en esa época. Eran resistencias que responden a un patrón general para los fenómenos de mentalidad ante el cambio, en aquella época y en ésta, en aquel apeadero y por el que pasamos ahora. El argumento del rechazo va desde lo estético hasta la seguridad. Las construcciones en hierro eran feas en comparación con las seculares, milenarias, de piedra y ladrillo. ¡Donde iba a compararse un sillar tallado por la mano del cantero con una viga salida de un horno industrial, como todas las demás, y unidas a otras con remaches! Así que se recubrían algunas de sus partes con piedra y ladrillo (fachadas, laterales…) para 'ennoblecerlas'. Y la seguridad: ¿las construcciones en hierro eran tan seguras como las pétreas? Igual motivo de recelo producía la comparación de la perdurabilidad de la piedra frente a la oxidación del hierro. De ahí que se asociaran las primeras realizaciones a la monumentalidad efímera de los edificios de las Exposiciones Universales, Ferias…

Repaso

descargar

Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.