La Aznaridad [ensayo-política] [oleole v.1.0.1.] by Manuel Vázquez Montalbán

La Aznaridad [ensayo-política] [oleole v.1.0.1.] by Manuel Vázquez Montalbán

autor:Manuel Vázquez Montalbán [Montalbán, Manuel Vázquez]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 0101-01-01T00:00:00+00:00


El Rey de España se permite a veces bromas mediáticas, como la ligera chanza veraniega que en cierta ocasión gastó a los periodistas, broma consensuada, a propósito de la soltería del príncipe Felipe:

«Quiero comunicarles que el príncipe se casará... cuando le dé la gana». Todos rieron. Bueno, casi todos, porque no ha faltado quien criticara que el Rey bromeara con algo tan sagrado como la continuidad dinástica.

Y es que ser rey en un país en el que hasta el jefe de Gobierno de derechas tiene alma republicana, no, no es ninguna ganga. Cualquier ciudadano español puede ir a Cuba a tomarse un mojito en la Bodeguita de Enmedio o el sol en cualquier cayo escondido, pero si eres rey de España dependes del permiso del jefe de Gobierno, porque los reyes constitucionales reinan pero no gobiernan. Ya he dicho que en su día Aznar nos advirtió de que el Rey de España viajaría a Cuba cuando tocara y a punto de celebrarse la Cumbre Iberoamericana en La Habana, cumbre a la que siempre ha acudido el Rey, Aznar volvió a re-gatear a los cubanos la presencia de Su Majestad Juan Carlos I de España y ya vimos que no quedó claro si Juan Carlos estuvo o no estuvo en la Conferencia de Países Iberoamericanos celebrada en La Habana.

Parece ser que Aznar no quiere que el Rey vaya a un país donde no se respetan los derechos humanos, no vaya el monarca a presenciar espectáculos poco agradables, aunque olvida el jefe de Gobierno que Juan Carlos, cuando era príncipe y durante los primeros años de su reinado, residió en un país llamado España donde no se respetaban los derechos humanos. Y si nos creemos las informaciones de Amnistía Internacional ahora en España, tampoco en la España democrática se respetan los derechos humanos como deberían respetarse,> sobre todo en las comisarías de policía y sin embargo Aznar no le ha prohibido al Rey residir en España. Aznar exigió que Castro acabara con la aplicación de la pena de muerte en Cuba, de lo contrario no j habrá rey ni reina ni princesas ni nada de nada, pero es que en Esta- i dos Unidos es donde más se regalan los sentidos con la pena última, j Bush fue un auténtico matarife en sus tiempos de gobernador de i Texas y hasta ahora Aznar no le ha afeado su conducta. No hay taco- j nes postizos suficientes para que Aznar se suba a las barbas del emperador para decirle o matas menos o no dejo que el Rey te visite.



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