Historia de los visigodos by Daniel Gómez Aragonés

autor:Daniel Gómez Aragonés
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Visigodos;Ostrogodos;Historia;España;Curiosa;Misterios;Mitologia
ISBN: 9788418346460
editor: DIGITAL BOOKS
publicado: 2020-06-26T18:00:47+00:00

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9 El cronista godo llega a nombrar a un tal Tanausis que al morir pasó a ser venerado entre los suyos como otro dios más.

10 Sobre esta obra, que a nosotros nos cautiva aunque la tratamos con la distancia que de cualquier historiador se espera, el estudioso López Kindler señala que nos encontramos ante una obra muy valiosa como demuestra el hecho de que en el siglo xvi fue editada cinco veces sólo en París.

Representación en mosaico del palacio de Teodorico

el Grande en la basílica de San Apolinar el Nuevo (Rávena).

En el estudio de la figura regia de Teodorico el Grande es inevitable referirse a los títulos que adoptó, reflejándose aquí una vez más un fortísimo y simbólico influjo romano basado en la tradición imperial. Amén de ser rex gothorum al convertirse en el líder hegemónico de su pueblo, tras la conquista de la península Itálica y la creación del Reino Ostrogodo de Italia o Regnum Italiae fue rex Italiae. El texto de Jordanes señala: «con el consentimiento del emperador Zenón, Teodorico se quitó la vestimenta de hombre particular y miembro del pueblo y recibió el ilustre manto real que lo acreditaba como rey de godos y romanos». Aparte, no hay que olvidar que el emperador Zenón le había dado el título de Flavius al que hay que añadir el también utilizado título de dominus amén de varios más, de clara tradición imperial. En definitiva, todos venían a alabar las virtudes políticas, religiosas y personales del Amalo. Recordemos el nombrado medallón que en el reverso junto a la imagen del soberano godo, el cual sujeta una niké, hay una leyenda que dice: Rex Theodericvs Pivs Princis y en el reverso igualmente encontramos otras cuatro palabras muy significativas: Rex Theodericvs Victor Gentivm.

Una de las más reconocibles cualidades del Amalo y que podemos considerar como parte inexorable de su éxito era su capacidad de liderazgo basada en lo que podríamos considerar un soberbio currículum que le llevó a obtener méritos tanto de cara a su pueblo matriz como frente a los romanos. Así, no resulta casual que el emperador Zenón, tras la proclamación del bárbaro como rex entre los suyos, le hiciese llamar para ser recibido en la capital imperial con todos los honores y fuese adoptado como hijo de armas y nombrado cónsul. Es más, Jordanes indica que el emperador oriental «mandó colocar una estatua ecuestre suya en el patio de su palacio para celebrar la fama de un hombre tan distinguido». Y esta no fue la única muestra de halago por parte de los romanos, en este caso orientales, hacia la figura de Teodorico. Para Occidente, San Isidoro señala que el senado de Roma, gracias a que la Ciudad Eterna había recuperado parte de su esplendor a consecuencia de las acciones emprendidas por el rex Italiae —como por ejemplo la restauración de las dañadas murallas—, esta institución levantó una estatua de oro en su honor. En el Panegírico de Ennodio, que recordemos fue escrito por un religioso

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