Hijo de la luz by Jana Westwood

autor:Jana Westwood [Westwood, Jana]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico, Histórico
editor: ePubLibre
publicado: 2021-02-09T00:00:00+00:00

* * *

Desde la distancia en la que estaba, Lisa observaba a su hermano y a su amiga con expresión perpleja. Lanzó una exclamación asombrada y entornó los ojos tratando de ver con más detalle.

—Sí —escuchó una voz a su espalda⁠—, la ha besado.

No pudo evitar el sobresalto y durante un segundo el temor se reflejó en sus ojos. Reece sintió un dolor punzante perforándole el costado izquierdo, pero no dijo nada al respecto. Sabía que ese era un precio que debía pagar después de lo ocurrido. Se acercó despacio, mientras jugueteaba con una ramita que sostenía entre los dientes.

Lo último que necesitaba Lisa era estar a solas con él. Lo había evitado a conciencia y no entendía cómo había conseguido acercarse sin que se percatase.

—Creo que Jacques acaba de lanzarse por una ladera muy empinada —⁠siguió Reece.

Su tono burlón le retorció el estómago. ¿Cómo podía tener ganas de bromear con eso estando ella presente?

—No deberías acercarte a mí —⁠dijo mirándolo a los ojos.

—No. Pero no he podido evitarlo.

—La próxima vez, inténtalo con más ahínco —⁠respondió ella dándose la vuelta con intención de poner la mayor distancia posible entre ellos.

—Espera. Por favor. Tengo algo que decirte.

Ella se giró muy despacio con la mirada gélida.

—Sé que me odias —dijo él—, pero no debes sentirte amenazada. No volveré a tocarte.

—No, no lo harás —dijo rotunda—. Y te equivocas, no te odio. Tan solo te desprecio profundamente.

—Te supliqué que te alejaras de mí…

—¿Esa es tu excusa? —le lanzó con desprecio⁠—. ¿De verdad vas a echarme a mí la culpa de lo que hiciste? ¿Tan descastado eres? ¿Tan ingrato, injusto y cruel eres, Reece?

Él sostuvo su mirada y sus ojos no escondieron sus sentimientos, lo que la hizo enfurecer. No quería verlo, no quería leer en su rostro que la amaba, porque eso era lo que veía cuando la miraba.

—Di lo que tengas que decir y acabemos cuanto antes.

—¿No podemos ser amigos? ¿No podemos encontrar un modo de que eso sea posible?

—¿Amigos? —El desprecio de Lisa crecía por momentos⁠—. Realmente estás loco si crees que eso es posible. No confío en ti ni en tus sentimientos. Me has demostrado una falta de lealtad imperdonable, ¿cómo podría ser tu amiga? ¡No te respeto!

—Nunca quise que eso pasara. Tan solo quería tu amistad.

—Eres un hipócrita y un cobarde, Reece Darwood. —⁠Sus ojos destilaban dolor y tristeza⁠—. Me amas, lo sé, lo veo en tus ojos, lo siento cada vez que te acercas a mí…

—Ahora sabes quién soy realmente, Lisa. No puedes amar a un hombre así. ¡Te lo mostré!

—No, Reece, lo único que me mostraste en aquel taller es que no eres lo bastante hombre para luchar por la mujer a la que amas. Trataste de hacerme daño para ahuyentarme, para alejarme de tu lado porque tú no eres capaz de alejarte de mí. No lo entiendes, ¿verdad? —⁠preguntó al ver la confusión en su rostro⁠—. Crees que te odio porque no te detuviste, pero lo que siento no es eso, Reece, lo que siento es una profunda decepción, una tristeza que me ahoga y no me deja vivir.

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