Fase lunar by Rafael Gonlzález González

Fase lunar by Rafael Gonlzález González

autor:Rafael Gonlzález González
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Terror, Novela
publicado: 2015-09-06T22:00:00+00:00


28

ES IMPOSIBLE que nos veamos a nosotros mismos con apariencia real; lo hacemos de una manera distorsionada a través de un espejo u otra materia reflectora. Indudablemente nos proyectamos de dentro hacia fuera, mientras los demás nos ven únicamente como apariencia exterior; y si quieren conocernos íntimamente deben hurgar en las interioridades de la apariencia. No me hago a la idea ahora de cómo Rudolf podía verme desde su óptica tan particular. La biótica en los comportamientos humanos, del trato, de la apariencia, del carácter, de la disponibilidad social, del carisma o, por el contrario, del repudio y del fastidio, requieren a veces una buena dosis de paciencia en el trato. El carácter humano no es estable, rítmico, ni plano. Una hipotética, por imposible, encefalografía, nos revelaría cuántas cosas nos hacen diferentes unos a otros sin dejar de ser iguales en términos generales. Es la variedad dentro de la unidad. Rudolf no era el mismo en el trato con los demás, que en el trato que me dispensaba a mí. Eso es lo que hace diferencial un trato de amigo a un trato de conocido simplemente. La manera distendida y familiar con que Rudolf bebía conmigo y se explayaba y a veces divagaba sobre conceptos filosóficos, estoy completamente seguro que con otras personas no tan afines, no era capaz de exteriorizar. La comprensión de estos términos quizás contribuyó a cultivar nuestra amistad, o simplemente tolerábamos el uno del otro esos cambios bruscos en la manera de comportarnos. Yo no era el mismo frente a una hoja en blanco que frente a un vaso de whisky, así como Rudolf no era el mismo cuando el alcohol invadía sus neuronas cerebrales que cuando, por ejemplo, cultivaba su vasta heredad. Nos metamorfoseábamos, yo exorcizando mis fantasmas y él reinventando la vida deprimente que el mundo le ofrecía. Y eso que en cuestión de dinero no podía quejarse, como yo lo podía hacer. Era solvente. No se preocupaba para nada del dinero y eso, bien mirado, es una auténtica suerte. El dinero es una necesidad, pero también una trampa. Tan negativo es tener demasiado, como demasiado poco. Ambos extremos son perniciosos, entre otras cosas, porque te hacen pensar en él ¿Y vale la pena tener empleada la mente un solo segundo en ese material esclavista que nos presta la sociedad para su regular funcionamiento? Yo digo que no. Lo adecuado sería tener el suficiente papel moneda y no pensar en él; sin embargo, durante toda mi vida he estado rebuscando en los cubos de basura de la sociedad esperando encontrar un ejemplar con el que poder intercambiar pedazos biográficos de mi vida. Eso es triste. Depender del dinero para ser feliz, es deprimente; pero depender de él para subsistir es sencillamente humillante e injusto.

Digo esto porque un día, sin más ni más, recibo una carta certificada del Ministerio de Trabajo. En ella se expone las particulares razones para denegarme la continuidad del subsidio preestablecido en su momento. Creí tener entendido que el subsidio debía



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.