El planeta del holocausto atómico by Ralph Barby

El planeta del holocausto atómico by Ralph Barby

autor:Ralph Barby
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ciencia ficción, Novela
publicado: 1980-11-30T23:00:00+00:00


—Pues sí, la he hecho como él.

—¿Y has recurrido a la imaginación, a la vista o al tacto?

—Basta, Nadia, deja que Rommy se explique —atajó Xavi.

—Sí, creo que será lo mejor —ratificó el profesor Gorostik, vivamente interesado por lo que comenzaba a intuir.

—Pues, cuando la figurita estaba ya moldeada, se ha movido.

Nadia se echó a reír, hiriente.

—La diosa Rommy que da vida a la figura de barro...

—Se ha movido, y ante mi espanto, se ha marchado corriendo —insistió.

—¿Y el modelo ha ido tras su reproducción?

Todos miraron ahora inquisitivos a Xavi, que explicó:

—Yo no estaba presente, acababa de habérmelas con un reptil gigante. Es mejor que sepan que hay otra clase de monstruos además de los escorpiones y los murciélagos. El planeta tiene más vida animal de la que creíamos. Creo que se deben de alimentar comiéndose entre sí, pues todos tienen un tamaño considerable.

—¿Dónde está esa masa gris? —inquirió el profesor Gorostik.

—Aquí le traemos una muestra y también otra del agua del río, repleta de algas.

—Profesor Madeira, ¿hacemos una pequeña prueba?

—Sí, creo que es lo adecuado.

Nadia preguntó:

—¿Tan importante es?

Xavi alargó el frasco al profesor Gorostik, que lo tomó y abrió, mostrándolo al profesor Madeira. Ellos, con un cambio de mirada, se entendían; sabían bien lo que buscaban.

El profesor Madeira extrajo una porción de aquella masa con una cuchara de acero.

La puso sobre un cristal opaco y luego miró a Rommy, inquisitivo.

—¿Podrías hacer una figurita? —le preguntó.

—No, no, voy a tener pesadillas.

—Hágalo usted —pidió a su colega.

El profesor Madeira, con sumo cuidado pero con gran destreza, fue moldeando la masa. Ante la sorpresa de todos, hizo un pequeño escorpión que quedó de color gris.

—¿Y eso es lo que se va a mover? —preguntó Nadia, sarcástica.

Nadie pronunció una palabra, mas de pronto, la cola del escorpión se movió y luego todo él comenzó a caminar.

—¿Lo ven, lo ven? —exclamó Rommy.

—Es cierto. Todo lo que se hace con esa pasta, cobra vida.

—Profesor Madeira, capture de inmediato a ese escorpión —le pidió el profesor Gorostik.

El profesor Madeira tomó una campana de cristal y capturó al escorpión que quedó encerrado dando vueltas en círculo, tratando de escapar.

—No es que cobre vida todo lo que se haga con esa pasta gris, es que la pasta en sí ya tiene vida, sólo que. al darle una forma, se comporta como debe comportarse. ¿No es así, profesor Madeira?

—Exactamente. Cada animal tiene la forma apropiada para sus necesidades y se mueve en función de su cuerpo, sus extremidades y sus exigencias vitales. Si en vez de un escorpión hubiera hecho un gusano, se arrastraría.

—¿Es esto lo que venían buscando? —preguntó Xavi directamente.

—No estamos seguros del todo, pero es posible que sí. En la colonia que hallamos en Plutón, encontramos unas muestras de materia gris, pero ya estaba muerta, carecía de vida.

—¿Quiere decir que esta materia gris es vida inteligente? —interrogó Xavi. escéptico.

—De momento, sólo podemos decir que es vida. Eso está comprobado, basta ver a ese pequeño escorpión.

Rommy puntualizó:

—Y la figurita que se escapó.

—Ya, la réplica de un macho terrícola —ironizó Nadia.



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