El crimen de la casa de campo by Javier A. Nardiz

El crimen de la casa de campo by Javier A. Nardiz

autor:Javier A. Nardiz
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga
publicado: 2014-12-31T23:00:00+00:00


El amigo de Jesús, al principio acogió la idea con desconfianza. Meter en el barco a tres intrusos como tripulación, le pareció algo arriesgado pero no imposible, durante la guerra había conseguido fletar barcos cargados de material para el bando nacional. Las ingentes ayudas económicas, que recibía el General Franco de las grandes fortunas españolas, se transformaban en material bélico y equipamientos para la tropa. La única forma de que llegara ese material era por vía marítima, puesto que el bloqueo, aunque débil, decretado por Francia e Inglaterra, había cerrado el acceso terrestre a la Península. Durante la guerra se había movido con agilidad entre empresas marítimas, armadores, fletadores de barcos, capitanes mercantes y autoridades portuarias de Europa y de Sudamérica. Sabía que los dólares manejados con habilidad eran el salvoconducto más fiable. Había elegido un carguero transoceánico mediano, “El Galerna” con bandera de Costa Rica, de diez tripulantes y cuyo capitán era un uruguayo que había hecho algunos transportes para el empresario. Habló con él y por una, según el capitán, pequeña compensación económica no tendría ningún problema, ni él, ni su tripulación en acoger a tres viajeros que figuraran como tripulantes. El mercante era un buque con veinte años de antigüedad, había cruzado el Atlántico innumerables veces y era un carguero de tipo combinado, es decir podía transportar carga en general y también podía transportar en sus bodegas grano. La carga estaba asegurada hasta Veracruz, la vuelta esperaba poder cargarlo de cereales para aliviar la escasez de alimentos que se sufría en España. El Gobierno de Méjico aunque abiertamente opuesto al régimen que se había instaurado en España, además de acoger a una colonia muy numerosa de españoles exiliados, también se saltaba el bloqueo económico e intentaba paliar la escasez de víveres que sufría la Madre Patria.

Había elegido a “El Galerna” entre otras razones por ser un buque de dimensiones medianas y con bandera de un país que, además de no beligerante, era un país que posiblemente no despertaría ninguna curiosidad entre los submarinos alemanes U-BOATS. Estos se habían adueñado del Océano y las toneladas hundidas habían sido, en la época más candente de la guerra, de centenares de miles.

Los aliados se defendían agrupando a los mercantes y formando inmensos convoy protegidos por la escuadra inglesa y más adelante por la norteamericana. A las escuadras de submarinos se les conocía, como “manadas de lobos”, puesto que su trabajo consistía en seguir esas caravanas de cargueros y elegir el momento adecuado para disparar sus torpedos. Estos submarinos eran únicamente vulnerables en superficie, cuando les hacían salir las cargas de profundidad lanzadas por algún barco de la flota de escolta. El movimiento agrupado de los mercantes aliados les proporcionaba la ventaja de la seguridad, pero se incrementaba el tiempo de la singladura en un treinta por ciento, debido a la baja velocidad que debían mantener para ir agrupados.

Un mercante aislado y sin protección, podía ser blanco de la manada de lobos y ser hundido casi como entrenamiento. Las tripulaciones de



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.