Anormal by Lilia Judith López Echegollen

autor:Lilia Judith López Echegollen
La lengua: eng
Format: epub
Tags: Relatos cortos, historias, ficcion, LGBT
editor: Caligrama
publicado: 2020-04-07T00:00:00+00:00

4. Temas para sensibilizar a nuestra sociedad

4.1 La religión, la psicología y la homosexualidad

La religión y la homosexualidad

«Dios creó al hombre y a la mujer». Cuando escucho ese tipo de cosas me pongo a pensar que si el deseo de Dios era ese, ¿yo por quién he sido creada si tengo una orientación sexual diferente? Pues suena que automáticamente por ser lesbiana dejo de ser mujer. Por otro lado, para algunos religiosos soy obra del demonio, ya que sin grandes fundamentos más que el de su propio pensar así me han llamado. Lo único en que se basan es que mi forma de actuar y proceder va en contra de lo que es correcto para su religión y, por lo tanto, es condenada. Yo no pedí nacer lesbiana, no soy lesbiana por elección ni por decisión, yo nací sintiendo un gusto y una admiración especial por las mujeres, no puedo ser diferente ni me interesa fingir ser quien no soy por darles gusto a otras personas.

Amenazan afirmando que iremos al infierno, y yo le contestaría: «Infierno el que se vive al ser rechazado por nuestras familias, no nos consumen las llamas, sino la incomprensión, la falta de inclusión y empatía». Lo peor de esto es que nos condenan seres terrenales que se rigen por acciones incongruentes y faltos de tanto amor. ¿Por qué debería de irme al infierno si no soy una mala persona? Ayudo a mi prójimo, trato de ser una mejor persona día a día, soy trabajadora y honesta. También se dice que es obra del demonio, entonces sigo preguntándome: si fuera obra del demonio, ¿no tendría que ser, en general, un ser maléfico?

Cuando inicié el libro nunca imaginé que tendría que incluir un capítulo en donde tocara el tema de la religión. En particular porque no me considero una persona apegada a la Iglesia; creo en el bien y en el mal, también en el hecho de que debes cuidarte siempre y cuidar a terceras personas, es decir, no lastimarlas con acciones o palabras. Pero hace tiempo me desapegué de la Iglesia como institución. El resultado de esto es que pensamientos y creencias que tenía desde pequeña se han ido poco a poco desvaneciendo, no por falta de interés, sino por la cantidad de situaciones y comentarios que he vivido y escuchado a lo largo de mi vida. Tristemente y para ser honesta, lo que se ha desvanecido es mi fe, y no mi fe en general, sino mi fe a la Iglesia —concretamente relacionada con temas de homosexualidad, es decir, con personas como yo—. En fin, al ir avanzando en el libro, constantemente me topaba con comentarios en los que se incluía la palabra religión y en donde se mencionaba a Dios. Seguí dudosa sobre si incluir o no el tema, ya que lo considero bastante susceptible y no es mi objetivo herir sensibilidades, al contrario, respeto todas las religiones y a sus fieles. Fue así cuando decidí, casi al concluir el libro, que incluiría dos temas que sonaban una y otra vez en los comentarios.

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