Victoria by Paloma Sánchez-Garnica

Victoria by Paloma Sánchez-Garnica

autor:Paloma Sánchez-Garnica [Sánchez-Garnica, Paloma]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Histórico
editor: ePubLibre
publicado: 2024-11-06T00:00:00+00:00


CAPÍTULO 13

Victoria llevaba un rato en el despacho que compartía con la señorita Ostermann absorta leyendo las noticias en el periódico: el juicio del matrimonio formado por Julius y Ethel Rosenberg, acusados de pasar información reservada a los rusos, había comenzado unas semanas atrás y estaba provocando un enorme impacto. Desde el momento de su detención el año anterior se había creado una gran polémica por lo controvertido del caso, debido a la falta de pruebas consistentes y al hecho de que el fiscal solicitase la condena a la silla eléctrica. Si se llevaba a cabo el ajusticiamiento de los condenados, sería la primera ejecución de civiles por espionaje. La división de pareceres se había desatado a nivel internacional. Una gran parte de los ciudadanos norteamericanos creían en la culpabilidad del matrimonio y abogaban por la mano dura, persuadidos de que era la forma de detener la amenaza comunista que se cernía sobre Estados Unidos, una amenaza cada vez más presente gracias a la intencionada difusión de noticias alarmistas perfectamente dirigidas por un senador por Wisconsin, de nombre Joseph McCarthy, ofuscado con acabar de raíz con toda sombra de comunismo en el país.

Además de por los periódicos, Victoria estaba informada del caso por Robert, quien había asistido a alguna de las sesiones del juicio y le había contado sus propias impresiones. Le había hablado de la forma de actuar del joven ayudante del fiscal adjunto, Roy Cohn, un tipo frío y sin escrúpulos, quien, en su opinión y en la de muchos, había retorcido las pruebas y las declaraciones de los testigos en un terco empeño, no solo de probar la culpabilidad del matrimonio Rosenberg, sino en su inquietante porfía por la aplicación de la pena capital. Robert percibía en la actitud del fiscal la misma inclinación perversa que se tenía en el sur en los juicios contra negros acusados de delitos cometidos contra blancos. Desde antes de comenzar el juicio, el acusado estaba sentenciado; si había que pervertir las pruebas y manipular los testimonios, se hacía sin ningún reparo, todo bordeando el límite de la ley, siempre en aras de elevados ideales espurios utilizados de forma torticera.

Sin poder evitarlo, Victoria sentía un interés especial por aquella pareja de apariencia tan banal e inofensiva. Le sorprendía el eterno semblante impasible y frío de Ethel Rosenberg, un signo que para muchos era muestra de soberbia y falta de arrepentimiento, convencidos de que una mujer como ella, madre y esposa, debería estar llorando, rota de dolor por la situación de sus hijos y la suya propia. Victoria no dejaba de darle vueltas a lo que ocurriría si se descubría lo que ella estaba haciendo, sometida a los hilos invisibles de Lugovoy y las órdenes directas de la señorita Ostermann. Los Rosenberg tenían dos niños, de tres y ocho años, y cuando iban a visitar a sus padres a la cárcel de Sing Sing se formaba un auténtico revuelo mediático que exponía a los dos pequeños a una incomprensible presión. Aquellos cándidos rostros



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.