¿Por qué la nieve es blanca by Javier Fernández Panadero

¿Por qué la nieve es blanca by Javier Fernández Panadero

autor:Javier Fernández Panadero
La lengua: eng
Format: epub
editor: Editorial Páginas de Espuma
publicado: 2016-07-26T00:00:00+00:00


¿Cómo se taponan los oídos?, [171]

103. ¿Qué haces ante un escape de gas?

Los gases que usamos para producir calor son invisibles; el metano (gas natural), el propano o el butano.

Debido a la experiencia común con los humos, podría pensarse que todos los gases 'van hacia arriba', pero esto sólo ocurre con los que son menos densos que el propio aire.

De los tres que citamos más arriba hay que decir que el butano pesa más que el aire, así que realmente cae al suelo como si fuera un escape de agua (a cámara lenta, claro).

Si no disponemos de las obligatorias rejillas de ventilación en las partes altas y bajas de nuestras cocinas, estaremos facilitando la acumulación de unos u otros gases de estos que hemos citado y de algunos otros.

Imaginemos esta situación:

Ausencia de rejillas inferiores, o rejillas tapadas (para que no entre el frío...).

Hay un escape de butano.

El butano va cayendo como si fuera agua y se va acumulando sobre el suelo. Puede que nos llegue por la cintura… pero ni lo vemos ni nos moja.

Produce un fuerte, desagradable y tóxico olor, no sólo en la parte inferior sino en todo el volumen accesible, aunque la concentración sea mayor en la parte inferior.

Llegamos a casa y...

A nadie se le ocurre encender una antorcha y darse un paseíto.

A casi nadie se le ocurre ir con una vela.

Sí que habrá algún 'espabilao' que se anime a encender un mechero, o a 'echarse un cigarrito'.

Queda claro que todos estos comportamientos serán descartados por la selección natural y sus perpetradores morirán antes de tener tiempo para reproducirse.

Lo que ya no parece tan raro es encender una bombilla o un fluorescente o cualquier aparato eléctrico… Tenéis dos opciones: o bien os lo explico yo, o se lo dejamos a San Pedro.

En el momento del encendido se producen pequeñas chispas en los interruptores, más que suficientes si la concentración de gas es alta, para inflamar la mezcla, la cocina y el edificio.

¿Qué debemos hacer entonces? Si podéis aguantar el olor (no os muráis dentro), abrid puertas y ventanas, sacad fuera a los que pudieran haber quedado inconscientes, ¡no encendáis nada, por Dios!, y… salid de ahí.



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