Obras de Emilio Salgari by Emilio Salgari

Obras de Emilio Salgari by Emilio Salgari

autor:Emilio Salgari [Salgari, Emilio]
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9783959282550
editor: IberiaLiteratura
publicado: 2015-06-25T00:00:00+00:00


Hacia la noche la almadía, que aún no había logrado alcanzar tierra firme, arribaba junto a un islote cubierto de abundante vegetación.

Muchísimas palmeras de varias especies elevaban su esbelto tronco entre los mangles.

Los filibusteros, que habían remado todo el día bajo un sol implacable, estaban rendidos, y sobre todo sedientos, pues no habían logrado encontrar ni una sola gota de agua dulce.

Probada varias veces la de la laguna, la habían encontrado salobre, denotando que se hacía sentir en los canales el flujo y reflujo del mar.

-¡Un vaso de agua a cambio de mi pipa! -decía Carmaux-. ¡Ya no puedo más!

-¡Una gota, y doy cuantas piastras tengo! -añadía el hamburgués.

-Temo, valientes, que tendremos que pasar la noche sin humedecernos la boca -decía el Corsario-. Hasta que lleguemos a algún río, no encontraremos agua potable.

-¡Esperad, señor! -dijo de repente Moko, que hacía ya algunos instantes miraba atentamente las plantas del islote, aún iluminadas por un último rayo de sol.

-¿Qué esperas hallar? ¿Algún manantial? -dijo el Corsario-. ¡No los hay en estas tierras fangosas!

-Me parece haber visto una planta que nos quitará la sed, señor.

-¿Un árbol fuente? -exclamó Carmaux riendo.

-Algo parecido, compadre blanco.

-¡Si nos diese vino!..

-Contentémonos con agua por ahora -dijo el negro-. ¡Seguidme!

Los tres filibusteros y Yara desembarcaron y siguieron al negro, que ya se había abierto paso por entre las plantas y las ramas.

Después de haber recorrido cerca de' doscientos pasos, Moko se había detenido ante una bellísima planta que crecía solitaria en un pequeño claro.

Era una especie de sauce de más de sesenta pies de alto, con la cima semejante a una inmensa cúpula formada por hojas oblongas y largas, pero no tanto como las de las palmeras.

De las ramas y del tronco de aquella extraña planta trasudaba el agua en tan gran cantidad, que formaba al pie un gran charco. Era una lluvia continua, incesante, que caía con monótono rumor.

-¡Una verdadera planta fuente! -exclamó asombrado Carmaux-. ¡Nunca he visto cosa semejante!

-¡Es realmente curiosísima! -dijo el Corsario-. ¿Qué planta es ésta?

-Un tamal caspi, señor -dijo Moko.

-¿Y de dónde proviene toda esta agua? -preguntó el hamburgués.

-Probablemente, este árbol absorbe y condensa la humedad de la atmósfera por medio de órganos especiales -dijo el Corsario-. En Canarias hay también plantas que manan abundante agua.

-¡Aprovechemos la ocasión de refrescarnos! -añadió Carmaux-. ¡A pesar de que Moko nos asegure que este árbol mana siempre, tengo miedo de que cese de un momento a otro!

Sin embargo, Carmaux no estaba sólo sediento: tenía un horrible apetito; y como las provisiones se habían agotado en la jornada y no habían sido renovadas por la absoluta prohibición de hacer uso de las armas de fuego, se volvió hacia el negro y le dijo:

-El agua es una buena bebida; pero he notado que las lágrimas de este tamal caspi sólo sirven para lavar los intestinos. Si tú, Moko, eres realmente una persona decente, debes encontrarnos algún otro árbol que suministre algo más sólido. ¿Qué os parece capitán?

-Que siempre tienes razón -repuso el Corsario sonriendo.

-Entonces, querido Moko, busca otro tamal caspi, que llore pollos asados, por ejemplo.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.