Noche y niebla en el París ocupado by Fernando Castillo

Noche y niebla en el París ocupado by Fernando Castillo

autor:Fernando Castillo
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Historia, Divulgación
publicado: 2012-09-04T22:00:00+00:00


XV

Tras una primera estancia madrileña, a comienzos de la primavera de 1943 André Gabison abandona su habitación del Hotel Palace y se traslada a la supuestamente menos peligrosa y mejor situada ciudad de San Sebastián. En la capital vasca, convertida en la ciudad de los collabo que miraban hacia el sur y en un lugar de paso de refugiados de toda condición, coincidió con otros compañeros parisinos de los bureaux, unos conocidos y otros parece que no tanto, aunque nunca se sabe, pues en el fondo el milieu era un pañuelo.

Todos estos personajes estaban controlados por alguno de los agentes de los diferentes servicios de seguridad españoles y alemanes, como Hubert Dencker, del SD, y por agentes americanos y, sobre todo, británicos, quienes contaban como tapadera con un activo consulado que se ocupaba muy de cerca de lo referido a la Francia ocupada y de quienes residían en la ciudad. A ellos se podía añadir algún que otro agente de la Resistencia, de los servicios secretos de la Francia Libre y del gobierno de Vichy. Esta concentración de intereses e individuos, situados junto a una frontera peligrosa e impermeable, que sin embargo algunos de ellos cruzaban sin problemas, era especialmente llamativa en una pequeña ciudad de provincias como San Sebastián.

El francotunecino y su amante, Kate Lieffrig, ocuparon una villa situada en un discreto barrio de las afueras, el de Ategorrieta, situado en las faldas del Monte Ulia donde otros personajes de la colaboración económica parisina también habían decidido instalarse. Se trataba de un amplio hotel construido en granito, de tejado a dos aguas y maderas pintadas de rojo, rodeado de un pequeño muro y oculto entre enormes plátanos y castaños, que hoy día es la sede de una empresa de construcciones. Su nombre era Villa Chapultepec, y estaba en la avenida Alcalde José Elósegui.

El lugar probablemente no lo había escogido Gabison sino el Abwehr, pues además de residencia de la pareja era una estación de radio y centro del servicio de información militar germano en la ciudad. Según Peter Haler, uno de los agentes alemanes establecidos en San Sebastián y responsables de las emisiones, desde el aparato de radio oculto en Villa Chapultepec se transmitía a París la información reunida. En el silencio de la noche o en la soledad de la tarde, en un sótano de anchas paredes, repiqueteaba el morse en el transmisor desde el que Haler enviaba sus mensajes al escucha de la estación parisina del Hotel Lutetia. Mientras Gabison supervisaba la operación, Kate Lieffrig vigilaba los alrededores de la casa y veía caer la lluvia desde la ventana, fumando envuelta entre los visillos. Ahora, París quedaba lejos.

A veces acudía a la villa algún que otro agente destinado en San Sebastián para recibir instrucciones y dinero, pues André Gabison no sólo era el jefe de la antena local, sino también el encargado de distribuir los fondos. Entre ellos estaban el luxemburgués Josef Kesseler y Leon Jacobs, un belga que había sido guardaespaldas de Folmer, cuyas relaciones con la pareja no eran las mejores, como se podrá comprobar después de la guerra.



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