La caverna by José Saramago

La caverna by José Saramago

autor:José Saramago
La lengua: spa
Format: epub, mobi
Tags: Ciencia Ficción
ISBN: 84-663-0679-X
editor: Punto de Lectura
publicado: 2000-01-01T05:00:00+00:00


Cipriano Algor soñó que estaba dentro de su nuevo horno. Se sentía feliz por haber podido convencer a la hija y al yerno de que el repentino crecimiento de la actividad de la alfarería exigía cambios radicales en los procesos de elaboración y una rápida actualización de los medios y estructuras de fabricación, comenzando por la urgente sustitución del viejo horno, remanente arcaico de una vida artesanal que ni siquiera como ruina de museo al aire libre merecería ser conservado. Dejémonos de nostalgias que sólo perjudican y atrasan, dijo Cipriano con inusitada vehemencia, el progreso avanza imparable, es necesario que nos decidamos a acompañarlo, ay de aquellos que, con miedo a posibles aflicciones futuras, se queden sentados a la vera del camino llorando un pasado que ni siquiera fue mejor que el presente. De tan redonda, perfecta y acabada que salió, la frase redujo a los reluctantes jóvenes. En todo caso, hay que reconocer que las diferencias tecnológicas entre el horno nuevo y el horno viejo no eran nada del otro mundo, lo que el primero tenía de anticuado, de moderno lo tiene ahora el segundo, la única modificación que saltaba realmente a la vista consistía en el tamaño de la obra, en su capacidad dos veces mayor, siendo también cierto, aunque no se notase tanto, que eran diferentes, e incluso algo anormales, las relaciones de proporción que la altura, el fondo y el ancho del respectivo vano interno establecían entre sí. Puesto que se trata de un sueño, no hay que extrañarse de este último punto. Extraña, sí, por muchas libertades y exageraciones que la lógica onírica autorice al soñador, es la presencia de un banco de piedra ahí dentro, un banco exactamente igual que el de las meditaciones, y del que Cipriano Algor sólo puede ver la parte de atrás del respaldo, porque, insólitamente, este banco está vuelto hacia la pared del fondo, a sólo cinco palmos de ella. Deben de haberlo puesto aquí los albañiles para descansar a la hora del almuerzo, después se olvidaron de llevárselo, pensó Cipriano Algor, pero sabía que no podía ser cierto, a los albañiles, y este dato es rigurosamente histórico, siempre les ha gustado comer al aire libre, hasta cuando tuvieran que trabajar en el desierto, con más razón en un lugar tan agradablemente campestre como éste, con las tablas de secado debajo del moral y la suave brisa del mediodía soplando. Vengas de donde vengas, irás a hacerle compañía al que está ahí fuera, dijo Cipriano Algor, el problema será sacarte de aquí, para ir en brazos pesas demasiado y si te arrastro me harías polvo el pavimento, no comprendo quién tuvo la idea de traerte dentro de un horno y colocarte de esta manera, una persona sentada quedaría con la nariz casi pegada a la pared. Para demostrarse a sí mismo que tenía razón, Cipriano Algor se deslizó suavemente entre una de las extremidades del banco y la pared lateral que le correspondía, y se sentó. Tuvo que aceptar



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.