Escritos de un salvaje by Paul Gauguin

Escritos de un salvaje by Paul Gauguin

autor:Paul Gauguin
La lengua: spa
Format: epub
editor: Akal, S. A.
publicado: 2018-07-16T00:00:00+00:00


Un crítico de arte decía de mí: este pretendido gran pintor anda de puntillas sobre todas las reglas de la perspectiva y sobre todas las tradiciones. Quiten las tradiciones y esta crítica podría aplicarse a Giotto en esta tela. La Magdalena y sus acompañantes llegan a Marsella en una barca que podría pensarse que se trata de un trozo de queso de bola (si es que una sección de calabaza puede figurar una barca). Los ángeles les preceden con sus alas desplegadas. No puede establecerse relación alguna entre estos personajes y la torre minúscula en la que entran unos hombres aún más mi- núsculos. Estos personajes, aparentemente tallados en madera (o poco pesados, ya que la barca no se hunde) que están en la barca son inmensos mientras que, en primer plano, una figura embozada, mucho más pequeña, se mantiene de forma inverosímil sobre una roca, no se sabe por qué prodigiosa ley del equilibrio.

He visto, ante este lienzo, sonreír a alguien inteligente y mirarme después con la sonrisa en los labios. Me dijo: '¿Entiende usted esto?' Contesté lo mismo que sigo contestando todavía hoy: No hay nada que entender. Es igual que en una audición musical. Si todos estos personajes fueran de tamaño real, el mar, un verdadero mar, los rostros de carne verdadera, y ¡entonces comprenderían! No lo creo, porque las leyes de la belleza no residen en todas estas verdades; a falta de comprensión, hay que buscar la emoción en otra parte. Ante este lienzo, le vi, siempre a él, al hombre moderno, que razona sus emociones como leyes de la naturaleza, sonreír con esa sonrisa de hombre satisfecho y decirme: '¿Entiende usted esto?'. Ciertamente, en este cuadro las leyes de la belleza no residen en verdades de la naturaleza; habrá que buscar en otra parte.

No podemos negar, en este lienzo, una inmensa fecundidad de concepción. ¡Qué importa si la concepción es natural o inverosímil! Yo veo en ella una ternura, un amor completamente divino. Me gustaría pasar mi vida en tan honesta compañía. Giotto tenía unos hijos muy feos. Alguien le preguntó por qué hacía rostros tan bellos en sus cuadros y niños tan feos al natural, y contestó: 'Mis hijos son el trabajo de noche y mis cuadros el trabajo de día'. ¿Conocía Giotto las leyes de la perspectiva? No quiero saberlo. Sus procedimientos de eclosión no son nuestros, sino suyos: démonos por satisfechos con tener y poder gozar de sus obras.

El cuadro que quiero pintar

Tiene seis metros de largo por dos de alto. ¿Por qué estas medidas? Porque es toda la longitud de mi taller y, con respecto a la altura, no puedo trabajar sin una fatiga extrema. La tela está ya extendida, preparada, alisada con cuidado: ni un nudo, ni un pliegue, ni una mancha. Piensen, pues, que será una obra maestra.

Desde un punto de vista geométrico, la composición de líneas partirá del centro, líneas elípticas primero y onduladas, después, hasta los extremos. La figura principal será una mujer transformándose en estatua, y que, si bien conserva la vida, se convierte en ídolo.



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