El sexo y el fracaso del absoluto by Slavoj Žižek

El sexo y el fracaso del absoluto by Slavoj Žižek

autor:Slavoj Žižek [Žižek, Slavoj]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Paidós
publicado: 2020-05-18T22:00:00+00:00


L UCHA DE CLASES CROSS-CAP

Expresándolo en términos marxistas clásicos, no basta con demostrar en qué sentido las luchas político-ideológicas son un teatro de sombras que refleja la «verdadera realidad» del proceso económico; hemos de complementarlo con el modo en que la lucha político-ideológica se inscribe en el propio corazón del proceso económico (esto es lo que Marx llamó lucha de clases , por ello habla de economía política , y uno de los nombres de esta extraña «ideología» en el núcleo mismo del proceso económico, de la «ilusión» que sostiene a la propia realidad, es el fetichismo de la mercancía ). En consecuencia, deberíamos abandonar la noción estándar del uno (en todos sus diversos disfraces, hasta el significante maestro) como una «totalización» secundaria del campo de la productividad, inconsistente y primordialmente dispersa. Expresando la paradoja en su forma más radical: es el propio uno el que introduce la inconsistencia; sin el uno, tan solo habría una multiplicidad indiferente. El «uno» es originalmente el significante de la (auto)división, el suplemento/exceso último: al señalar lo real preexistente, el uno se divide a sí mismo, introduce su «no coincidencia» consigo mismo. Gracias a esta autodivisión emerge la propia subjetividad y, en la medida en que, para Marx, el nombre de esta autodivisión de la sociedad es la «lucha de clases», no debería sorprendernos que, al final del último volumen de El capital , a propósito del intento de definir la lucha de clases por parte de Marx, volvamos a encontrarnos la estructura intrincada de la cinta de Moebius. 19

La lucha de clases no puede reducirse a un conflicto entre agentes particulares con la realidad social: no es una diferencia entre agentes positivos (que pueden describirse mediante un análisis social detallado), sino el antagonismo («lucha») que constituye a estos agentes. El objetivismo «marxista» debería infringirse dos veces: en relación con el a priori subjetivo-objetivo de la forma mercancía y en relación con el antagonismo transobjetivo de la lucha de clases. La verdadera tarea es pensar las dos dimensiones a la vez: la lógica trascendental de la mercancía como modo de funcionamiento de la totalidad social, y la lucha de clases como el antagonismo que atraviesa la realidad social, como punto de subjetivación. El hecho de que el manuscrito de El capital , en su volumen III, se interrumpa precisamente cuando Marx está a punto de ofrecer un análisis de clases «objetivo» de la moderna sociedad capitalista es ilustrativo de este papel transversal: El problema que inmediatamente se plantea es este: ¿qué constituye una clase? Y la respuesta a esta pregunta se desprende de la que demos a esta otra: ¿qué es lo que convierte a los obreros asalariados, a los capitalistas y a los terratenientes en las tres grandes clases sociales?

A primera vista, la identidad de sus rentas y fuentes de renta. Son tres grandes grupos sociales cuyos miembros, los individuos que los forman, viven respectivamente de un salario, de la ganancia o de la renta del suelo, a partir de la explotación de su fuerza de trabajo, de su capital o de su propiedad territorial.



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