Derechos ambientales en perspectiva de integralidad by Gregorio Mesa Cuadros

autor:Gregorio Mesa Cuadros [Cuadros, Gregorio Mesa]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Universidad Nacional de Colombia

En este sentido una argumentación como la que precisa el profesor De Lucas (2005: 172) al insistir en que la solidaridad como principio jurídico-político está vinculada directamente a la noción de Estado social, es, además de un principio compatible, un principio coherente con un concepto de ciudadanía activa y socialmente comprometida y responsable (a partir de la existencia de deberes de solidaridad que pueden ser concretados en prestaciones de diverso tipo, como por ejemplo, un servicio civil de alcance universal), nos sirve para precisar los conceptos de democracia y ciudadanía ambiental, ya que tanto marginación como exclusión, desigualdad y miseria no son fenómenos subjetivos sino productos sociales, y como tales, necesarios de ser resueltos en la esfera pública desde los diferentes públicos, los diferentes espacios públicos y de reivindicación de lo público, lo común y lo colectivo, frente a la privatización y apropiación de lo que es de todos y todas.

Por otra parte, una de las preguntas centrales, en los últimos tiempos, desde los ambientalismos y ecologismos, tiene que ver con tratar de dar respuesta al interrogante de si es posible articular una política ambiental en términos de ciudadanía. A ello respondemos afirmativamente con Dobson (2001: 168) en su propuesta de “ciudadanía ecológica”, que en el lenguaje de nuestro trabajo corresponde a la ciudadanía ambiental que pone énfasis en las “obligaciones” y “deberes” de los ciudadanos y no sólo en los “derechos”, que sugiere que el “ámbito privado” es un espacio tan legítimo para la actividad ciudadana como el espacio público, que niega la asociación habitual entre “ciudadanía pasiva” y el ámbito privado, y revalida las concepciones desterritorializadas de ciudadanía y contribuye a la “remoralización” de la política .

Consideramos entonces, también con Dobson (2003), que es pertinente superar el marco de las propuestas de la reciprocidad, pues se requiere desde una concepción distinta, más amplia y dinámica del concepto tradicional de ciuda danía, la que él denomina “ciudadanía ecológica poscosmopolita” , donde la obligación ciudadana no se basaría solamente en la reciprocidad entre agentes iguales (como lo pregonan los enfoques liberal y republicano) ni sólo en la relación individuo-Estado sino que constituiría una obligación unilateral por parte de los países enriquecidos si se quiere resolver la asimetría inherente a la globalización inadecuada , y la reformulación de los ámbitos territoriales de las clásicas nociones de ciudadanía , pues tanto liberalismo como republicanismo la conciben en el marco estrecho del Estado-nación moderno, elemento discriminador especialmente desde los Estados del Norte industrializado, ya que es un bien escaso del que muchos se ven privados en un mundo asimétricamente globalizado, especialmente si se es extranjero, migrante o pobre. Se insiste entonces en que la cuestión ambiental ha hecho saltar los límites del Estado-nación como marco de ciudadanía, poniendo de plano la multiplicidad de “cuerpos políticos” de los que las personas pueden considerarse miembros potenciales .

De ahí que para la formulación de unas nuevas formas de la política (desde la democracia ambiental y la ciudadanía ambiental), nos sirvamos de los argumentos del profesor Dobson

descargar

Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.