Comer atentos (Mindful Eating) by Jan Chozen Bays

Comer atentos (Mindful Eating) by Jan Chozen Bays

autor:Jan Chozen Bays
La lengua: spa
Format: epub
editor: Shambhala


Comilonas o inanición (atracarse o hacer dieta)

Un área especialmente importante del condicionamiento tiene que ver con atracarse y hacer dieta. Si observamos esos impulsos, descubriremos que no solo están enraizados en las experiencias de nuestra vida personal, sino en nuestra historia humana colectiva.

«Llevo a dieta desde que cumplí 14 años –dijo Curt–. Ha sido una batalla diaria muy dura. Desde el primer momento del día, cuando me despierto y no puedo desayunar lo que me gustaría, y así durante todo el día hasta la noche, cuando discuto conmigo mismo acerca de cenar una segunda vez. Ha sido una batalla continua, sin treguas.» Para Curt, unirse a Glotones Anónimos fue de gran ayuda: «Dejé de hacer dieta y pasé a ser abstinente,a y perdí 34 kilos. Pero luego cometí el error de comer un helado y acabé recuperando esos 34 kilos». Dice que ha vuelto a la lucha y a ser “abstinente otra vez”, perdiendo los dichosos 34 kilos. «Pero me comí una galleta en un retiro de fin de semana, porque estaban en la mesa del té y todo el mundo comía galletas, y esa galleta se convirtió en casi 12 kilos.»

Esa es la modalidad de dieta “comilonas o inanición”. Una “voz” en tu mente toma las riendas y te pone a dieta. Te habla sobre las reglas, lo que deberías y no deberías comer. Deberías comer cinco comidas pequeñas, deberías saltarte el desayuno y consumir solo una comida importante, las proteínas son buenas, la grasa es mala, no, la grasa es buena y los hidratos de carbono, no. Puedes comerte un dulce más porque en realidad esta mañana no te pusiste azúcar en el café, pero nada de más mantequilla ni sal en las palomitas porque esta semana no has hecho ejercicio y la sal te hace retener líquidos y ganar peso.

Tarde o temprano te cansarás de que esa voz no haga más que darte órdenes y algo cambiará. Tomará el poder otra parte u otra voz. Tal vez sea a consecuencia de abandonarte al devorar una sola galleta o un vasito de helado: «¿Pero qué…? –dice la voz– Te lo has cargado, así que más vale que hagas lo que te dé la gana». De repente, te sacudes el férreo control de la disciplina estricta y te abandonas consintiendo en comer todo lo que quieres, y a montones.

Pasar del modo ayuno al modo comilonas, también llamado “efecto yoyó”, se convierte para mucha gente en todo un estilo de vida. Es una manera de vivir frustrante, agotadora y que te come la moral. Cuando la voz interior que no estaba al mando aparece y se hace con las riendas otra vez, has de estar de guardia día y noche. ¿Quién quiere vivir su vida como responsable y víctima a la vez de una interminable batalla interior? El Buda dijo que no importa si deseamos u odiamos algo, porque seguimos atados a una estaca como un perro. Tanto si nos abandonamos a la carne como si somos furibundos vegetarianos, seguimos atados a la misma estaca (o bistec).



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