Mis días con los Kopp by Xita Rubert

Mis días con los Kopp by Xita Rubert

autor:Xita Rubert [Rubert, Xita]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 2022-03-01T00:00:00+00:00


IV

Los sueños de aquella noche combinaron visiones de los Kopp, la alameda, los nenúfares, la calle del hotel tan mal iluminada, el bar del vestíbulo donde los dos amigos —Andrew y mi padre— compartían una luz tenue, rojiza. No entiendo cómo pude soñar una situación en que yo no estaba presente, por qué asistía a escenas en que yo no era personaje. Si pudiese recobrar lo que sucedía en el sueño lo narraría. Pero no logro desenterrarlo.

Y hacia la una de la madrugada me desperté. Estaba sola, debería haberme levantado a escribir lo que había visto, pero algo me aferraba a la cama, a la sábana iluminada por una luz tercera, la lunar, que me sometía porque sabía que yo quería someterme. La sábana hospitalaria, la sábana de mi casa, y me pregunto qué sábana te cubría a ti, tú, que dormías dos pisos más arriba, mientras tu marido y mi padre escapaban al sueño. Los sueños los alcanzaban, los tuyos y los míos, esto nunca lo supieron y es mejor así.

El sol devuelve lo tranquilo, arrasa con la ambigüedad, si es blanco. Mi padre se vestía con cierta prisa, por la mañana. No llegábamos tarde a ningún lado, pero pretendíamos llevar a cabo la incursión temprana, y totalmente innecesaria, en el teatro: la brillante propuesta de Andrew Kopp.

—Tienes mala cara —dijo mi padre.

—Gracias. —Entré en su abrazo—. No estoy muy de humor para esta payasada. No he dormido bien.

—Espero no haberte despertado. Anoche volví a salir a fumar y a charlar con Andrew, cuando te dormiste. ¿Y te refieres a lo del hijo? Ya te dije que yo tampoco sé muy bien qué pasa. Pero que es mejor no inmiscuirse, Virgi. Olvídate, y no te expongas. ¿De acuerdo?

—No. Me refiero a la bromita de hoy: ¿por qué quiere Andrew burlarse de los Reyes? Son ellos quienes le entregarán el premio, la distinción académica, ¿no? Además, exacto: ¿no tiene suficiente con el paquete de su hijo?

Mi padre desaceleró la maniobra extraña con que se abotonaba la camisa, y sonrió como si algo en mi insistencia no le desagradase:

—A mí la pose antimonárquica de Andrew ya no me sorprende. Aunque me sigue pareciendo muy curiosa, antropológicamente —dijo, con ironía familiar en la última palabra: nunca utilizaba grandes palabras sin ridiculizarlas—. Es algo que se institucionaliza en Inglaterra, más o menos. El sistema necesita opositores glamourosos. Lo teorizan, lo «critican», y así lo dignifican y publicitan, de algún modo.

Aquello explicaba, para empezar, por qué una institución académica (financiada, en gran parte, por el Estado) decidía premiar a la figura controvertida y pseudorrebelde que era Andrew Kopp, y también por qué —esto fue lo más extraño cuando lo vi en las noticias, estando todavía en Madrid— él había aceptado el premio en lugar de rechazarlo y proclamarse en contra del poder político español o el monárquico, siendo los Reyes quienes, simbólicamente, le entregarían el premio aquel febrero. Lo había agradecido, había hecho algún comentario coqueto o sarcástico sobre los Estados «que todavía no



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.