Twisted lies by Ana Huang

Twisted lies by Ana Huang

autor:Ana Huang [Huang, Ana]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Erótico, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2022-06-30T00:00:00+00:00


25

Christian

—Pero ¿qué diablos crees que haces?

—Beber y disfrutar de tu grata compañía. —Levanté el vaso—. Me alegro de volver a verte, Larsen.

—Me gustaría poder decir lo mismo.

Desde mi llegada, Rhys se había mostrado taciturno y gruñón, lo cual no era algo extraño en él. Sin embargo, ahora que las chicas se habían ido del salón, desató toda su ira contra mí.

—Llevas un año siendo príncipe consorte y ya te has olvidado de todo. De nuestra amistad. —Adorné cuidadosamente mis palabras con un falso tono de decepción—. Pensaba que a ti esto no te afectaría, pero al final será cierto eso que dicen: «El poder absoluto corrompe absolutamente».

Utilicé el término amistad en el sentido más amplio de la palabra. Nuestra inestable y complicada relación comenzó cuando Rhys me salvó la vida y terminó cuando dejó Seguridad Harper para estar con Bridget. El camino que unía ambos puntos había estado repleto de desacuerdos, pullas y una extraña mezcla de respeto y conjetura mutuos.

—Déjate de gilipolleces, Harper. —Rhys me desafió con una mirada llena de irritación. Típico de Larsen. Como siguiera así tendría que someterse a una cirugía plástica para que le aplanaran las arrugas de la frente de tanto fruncir el ceño—. Te dije que te mantuvieras alejado de Stella. Me importa un bledo que sea todo mentira. Vive contigo y no me fío de lo que puedas hacer teniéndola bajo el mismo techo.

—Pareces preocupadísimo por su vida amorosa —respondí arrastrando las palabras—. ¿Hay algo que debas contarle a Bridget?

La sensación de peligro chisporroteó en el aire, pero no parecía que a nadie le importase, a excepción de los guardaespaldas, que se movieron incómodos en el fondo de la sala.

Desde el otro lado de Rhys, Josh prestaba atención, fascinado, a nuestro tira y afloja mientras Alex iba consultando el móvil, aburrido.

—Si me preocupo es justamente por Bridget —refunfuñó Rhys—. Stella es su mejor amiga. Como le pase algo, Bridget se cabreará. Y entonces me cabrearé yo.

—Ah, ya veo. —Agité el vaso antes de darle un sorbo a la bebida, pensativo—. Debe de ser agotador que tus emociones estén siempre tan ligadas a las de otra persona. ¿Es mutuo o solo te pasa a ti y ella te hace ir por donde quiere?

Josh se rio por la nariz.

—Parece que te estás divirtiendo —espetó Rhys sin ni siquiera mirarlo—. Como si Jules y Ava no fueran a ponerse histéricas si le pasara algo a Stella.

A Josh se le desdibujó la sonrisa. Alex levantó la vista del teléfono; aquellos fríos ojos verdes se posaron en mí por primera vez desde que había llegado y me fulminaron.

Aparte de asentir con la cabeza para saludarnos por razones de educación, Alex y yo no nos habíamos prestado atención en absoluto.

No es que escondiéramos nuestra casi amistad, pero tampoco íbamos anunciándola a los cuatro vientos porque no había nada que anunciar. Más allá de nuestras partidas de ajedrez mensuales y de algunas conversaciones que manteníamos de vez en cuando por razones de negocios, apenas nos veíamos.

—Claro que me preocupa



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