Sadie by Courtney Summers

Sadie by Courtney Summers

autor:Courtney Summers [Courtney Summers]
La lengua: spa
Format: epub
editor: VR Editoras
publicado: 2019-06-30T22:00:00+00:00


Sadie

¡Saludos desde la soleada L.A.! ¡Desearía que estuvieran aquí!

Estoy estacionada en la banquina casi fuera de Montgomery.

Solo necesitaba detenerme por un minuto.

Miro la postal, las palmeras en fila de su parte frontal.

La volteo lentamente.

Sé mi buena chica, Mats.

La noche anterior a que mamá se marchara, yo dormía en el sofá. No logro recordar por qué no estaba en mi cama, pero no lo estaba, y no podría ser que la estuviese esperando porque jamás lo hacía. Solo estaba allí, estirada en una mala posición con los pies colgando sobre el brazo del sofá y mi cabeza hundida en los cojines. Ella había salido con uno de esos hombres que le gustaba tener a mano, el tipo de hombres de los que podría obtener un trago o unos centavos, pero que no necesariamente debía traer a casa. Me desperté al sentir que sus dedos acariciaban ligeramente mi cabello y me sentí tan pequeña, como nunca me había sentido. Imagino que así era como Mattie debería sentirse a menudo siendo la favorita de mamá.

Tomó el control remoto y encendió el televisor a bajo volumen, pasó por un par de canales hasta que se dio por vencida. Luego inclinó su cabeza cerca de la mía y enroscó un mechón de mi cabello alrededor de su dedo, poniéndolo distraídamente detrás de mi oreja. Recuerdo cómo se tensaron mis músculos ante su tacto, delatándome, y temí porque se detuviera si descubría que no dormía. No se detuvo, continuamos con la farsa: yo fingiendo que dormía y ella con sus manos sobre mi frente y luego la suavidad de sus dedos peinando mi cabello. Nos quedamos así por lo que debió de haber sido una hora, tal vez un poco menos que eso.

Pensé: así debe sentirse ser una hija.

Pensé: Dios, no me extraña que Mattie ame a mamá.

–Yo te hice –susurró en mi oreja.

En ese momento me di cuenta de que estaba sobria. Mi madre ebria era su estado por defecto. Su falta de ebriedad era como un golpe suave en mi garganta en esta extraña situación de la que era testigo. Quería que esté sobria todo el tiempo, aun si no me prefería a mí a causa de ello. Nos quedamos así hasta que me quedé realmente dormida. Por la mañana ya se había ido y lo supe. Supe que sería para siempre y supe que no habría forma de explicárselo a Mattie. Ella casi no sobrevivió a ello.

Pero luego esto… acaricio los bordes de la postal.

Solo retrasó lo inevitable.

Tenía dieciséis años. Abandoné la preparatoria, la cual era menos complicada de lo que pensaba que sería. Recuerdo estar de pie fuera de Parkdale, esperando a que alguien me detuviera, que me dijera que estaba arrojando mi futuro, pero no vivía en un lugar que poseyera ese tipo de pensamientos. Para algunos, el futuro por delante significa oportunidades. Para otros, es solo un momento que aún no hemos conocido, y en donde vivo, solo se trataba de la segunda. No gastas tu aliento intentando protegerlo. Simplemente intentas sobrevivir a él hasta que un día ya no lo haces.



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