La guerra y las palabras by Jorge Volpi

autor:Jorge Volpi [Volpi, Jorge]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Política, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 2004-01-01T00:00:00+00:00

El 3 de enero se hace público que los alzados han secuestrado al ex gobernador de Chiapas, Absalón Castellanos, en su rancho de Comitán. Castellanos fue —lo sabe toda la clase política mexicana— uno de los gobernadores que más favorecieron a la oligarquía local y que menos hicieron por mejorar las condiciones de vida de los indígenas. Por otra parte, el ejército informa que los rebeldes han abandonado Las Margaritas y Chanal, aunque se mantienen en las afueras de Ocosingo y San Cristóbal. La cifra oficial de muertos asciende a 89.

Tanto el ejecutivo federal, a través de la Secretaría de Gobernación, como el local, a través del propio gobernador de Chiapas, hacen públicos sendos mensajes para comentar estos hechos. En el primero de ellos, leído esta vez por la subsecretaria de Protección Civil y Readaptación Social, Socorro Díaz Palacios —es notable la ausencia del secretario Patrocinio González Garrido—, se dice que la situación de los municipios chiapanecos tomados por los zapatistas está a punto de volver a la normalidad. Asimismo, reconoce que, desde los últimos meses de 1993, «se contaba ya con información sobre actividades ilegales de pequeños grupos» en la zona fronteriza. Incluso sostiene que se tenía noticia de «tráfico de armas y pertrechos militares», así como de la existencia de «campos de entrenamiento», aunque justifica la pasividad del gobierno al afirmar que «las circunstancias particulares de un ancestral retraso de la región obligaron a actuar con especial prudencia y cuidado».

En la segunda parte del comunicado, Socorro Díaz hace el recuento de los hechos: se trata, en realidad, de la primera versión oficial de lo sucedido. Como podrá verse, su descripción guarda el tono reservado de los partes bélicos:

—El día primero de enero del presente año —balbucea Socorro Díaz con evidente malhumor—, grupos armados se posesionaron violentamente de las cabeceras municipales de San Cristóbal de las Casas, Ocosingo, Las Margaritas y Altamirano. Ocuparon y destruyeron las instalaciones de gobierno y, en Ocosingo, tomaron la radiodifusora local. Liberaron a los presos de los centros de prevención y readaptación social de la zona y robaron comercios y tiendas. En estas acciones agresivas perdieron la vida 24 policías locales y tres civiles. La respuesta de las autoridades locales fue la de proteger a la población civil. El Ejército Mexicano, con gran prudencia, no actuó el primer día. No se llevaron a cabo acciones donde las consecuencias pudiesen ser la pérdida de más vidas humanas civiles en estas poblaciones. Los grupos armados iniciaron el día 2 de enero una acción directa contra el Ejército Mexicano en el cuartel localizado en Rancho Nuevo, cerca de la población de San Cristóbal de las Casas, que fue repelido. El Ejército Mexicano actuó en respuesta a la agresión a su cuartel y en estas acciones perdieron la vida 5 soldados y 6 más fueron heridos. 24 agresores perdieron la vida en este intento. El ejército acudió al llamado de auxilio de otras poblaciones de la zona actuando, nuevamente, con el objetivo de defender y proteger a la población.

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