La enfermedad del aburrimiento by Josefa Ros Velasco

autor:Josefa Ros Velasco [Ros Velasco, Josefa]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Psicología
editor: ePubLibre
publicado: 2018-04-23T00:00:00+00:00

Estoy viendo a una paciente que está molesta por la cefalea punzante y en la que las pulsaciones aumentan agresivamente. Esta mujer tiene cada mes una pérdida muy abundante; se ha vuelto clorótica, está pálida, y su apetito es feroz. Su sangre es caliente y acre, lo que le causa una histeria en los periodos entre reglas. Hay una enfermedad en la que este síntoma es constante: la melancolía inglesa o el aburrimiento de la vida (1771, p. 436).

Sin embargo, a comienzos del siglo, la causa del aburrimiento, desde el punto de vista de la medicina, empieza a encontrarse en una mezcla de elementos de naturaleza social, ambiental e individual. En 1803, el médico Louis Vitet anunciaba, en su tratado de Medicina expectante, que el aburrimiento, que hacía que la vida fuese insoportable por culpa de las comodidades de la sociedad, cuyos síntomas eran la tez pálida, el aire triste, el pulso débil, la delgadez, el insomnio, la locura o el deseo de muerte, era algo incurable. Poco después, los médicos Jean-Noël Hallé y Jean-Baptiste-Jacques Thillaye lo definían, en el Diccionario de las ciencias médicas de 1812-1822, como el «tormento más doloroso de soportar que trae consigo un desorden considerable» (1819, p. 255). Su naturaleza, explicaban, residía en el absolutismo del objeto, en la insuficiencia del objeto presente que carece de interés, en nuestra incapacidad para interesarnos por los objetos presentes, debido al recuerdo de los ausentes, en el paso de una ocupación fuerte a una vacía de interés y en la vida de las ciudades caracterizada por el lujo, el tumulto y la agitación. En este mismo diccionario, el psiquiatra Jean Étienne Dominique Esquirol integraba el aburrimiento en la etiología del suicidio:

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