Cuarenta semanas by Melania Bernal

autor:Melania Bernal
La lengua: eng
Format: epub
editor: Nova Casa Editorial
publicado: 2020-04-22T15:14:24+00:00

SEMANA 23

Catherine

El periódico yacía entre mis manos como si estuviera hecho con plomo. Las noticias se habían revolucionado desde el último acontecimiento y los medios de comunicación daban lo que fuera para conseguir una entrevista con el «nuevo dueño» de las industrias. Sí, a mí me había costado asimilarlo tanto como al resto de economistas y a otros entendidos en el tema. Dimitri había sido nombrado presidente ejecutivo de la empresa, con efecto retardado (no accedería al puesto hasta pasadas unas semanas), pero en los papeles ya figuraba su nombre como el CEO de su legado familiar. Al menos, esa era la información que Bartholomew Ivanov había dado a los periodistas en su última rueda de prensa. Releí el artículo una vez más, memorizando las líneas más importantes. No había ni una sola palabra perteneciente a Dimitri respecto a su toma del poder, lo cual me hizo sospechar de las intenciones de su padre. Puede que estuviera exagerando, que no hubiera motivos ocultos y que, en realidad, Bart sí había legado la empresa a su hijo.

Me recliné en la silla y contemplé la única fotografía situada al pie de página. Todavía recordaba las palabras que Dimitri había pronunciado la noche del desastre, frente al séquito de periodistas que esperaban a esclarecer el problema. Él hizo pública la cancelación del compromiso, anulando la boda prevista para dentro de tres días, y repitió hasta la saciedad que no obtendrían nada sobre mí. Justo esa misma mañana, desde la Industria Ivanov, su padre anunciaba las grandes noticias. Me habría encantado conversar con Dimitri, estar a su lado para preguntarle qué había pasado en esta semana de… absoluto distanciamiento. Por muchos mensajes que dejaba en su teléfono y por muchos intentos por aproximarme a su casa, siempre surgían impedimentos que lo complicaban.

Desde ese acto público, era como si Dimitri hubiera desaparecido del planeta.

—Catherine, te estoy hablando. —Mamá me sacó de mis pensamientos.

La observé tomar el último sorbo de su taza de té y suspiré profundamente. Nos encontrábamos en la cocina, después de comer. Ella había insistido en que probase la tarta de chocolate que había elaborado por la mañana, no obstante, mi apetito había quedado saciado con un simple plato de sopa de pescado. El molesto nudo en el estómago se negaba a marcharse hasta que comprobara, por mí misma, que Dimitri estaba bien.

—Perdona, andaba distraída —respondí.

—Te preguntaba qué planes tienes para hoy. —Tuvo la amabilidad de repetírmelo.

—Ninguno. Alexia se ha marchado de la ciudad con su familia, por unos días. Alquilaron una casa en la playa y han aprovechado el cierre por vacaciones de su negocio… Bueno, harán lo que hacen todos durante el verano. —Me encogí de hombros—. Respecto a Patrick, no quiero agobiarlo más de lo que ya está. Aunque todavía falte un mes, está ocupado con los traslados de mobiliario a California. Y luego me queda…

—¿Quién, cariño? —Mamá a apoyó una mano sobre la mía—. Lo siento. Siento mucho lo que sucedió en esa fiesta de compromiso. Sé que llevo repitiéndolo bastante, pero no puedo evitarlo.

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