Nadie es inocente by Roberta de Falco

Nadie es inocente by Roberta de Falco

autor:Roberta de Falco [de Falco, Roberta]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2013-01-01T00:00:00+00:00


* * *

Apoyado en el marco de la puerta, el comisario miraba a Violeta hacer las maletas en su habitación que, tras ser despojada de todos los adornos y las telas étnicas, había vuelto a la tétrica elegancia de otros tiempos.

No tenía ni idea de lo que le iba a preguntar, pero tampoco tenía ganas de irse. Le encantaba su manera de moverse, de pasarse rápidamente la mano por el pelo para recoger los pesados rizos que se escapaban de la coleta.

Había sido víctima de un flechazo senil, se daba cuenta, pero, tras muchos meses de corazón estrecho y de pocas ganas de vivir, la sangre que esa chica hacía fluir por su cuerpo le había devuelto la esperanza en el futuro. Se sentía agradecido.

—¿Adónde piensa ir ahora?

—No lo sé.

—¿Se quedará en Trieste?

—Creo que no.

—¿No le gusta nuestra ciudad?

Violeta se paró en mitad de la habitación, con sus vestidos ligeros y coloridos entre los brazos, y lo miró con profunda tristeza.

—Es una ciudad que te hace sentir como una prisionera.

—¿En qué sentido? —preguntó el comisario.

—Prisionera do pasado.

Benussi sintió una punzada de hambre repentina, pero se aguantó.

¿Qué tipo de pasado podía tener una joven mujer brasileña, llegada a Europa en busca de trabajo? ¿Acaso no se había enfrentado a todas esas dificultades —el viaje, la soledad, el humillante infierno burocrático que Italia impone a los extranjeros, todos obstáculos que él, personalmente, no habría podido superar— para optar a un futuro mejor?

—Pero nosotros somos sobre todo memoria —se oyó decir Benussi, sintiéndose monsieur de La Palice—. Sin pasado, tampoco podríamos tener futuro.

—Eso es cierto, comisario. Pero si el pasado te impide imaginar un futuro, se convierte en una cárcel…

Esta última observación lo sorprendió por su agudeza y profundidad. ¿Qué tipo de vida había tenido esta chica antes de llegar a Italia? ¿Por qué se había conformado con un trabajo tan degradante, cuando tenía una inteligencia fuera de lo común?, se preguntaba inquieto Benussi.

—¿Por qué se fue de Brasil? Dicen que vuestro país está viviendo una gran expansión económica…

—Tenía asuntos pendientes.

Benussi sabía que no tenía ningún derecho a preguntárselo, pero unos extraños celos se estaban adueñando de él.

—¿Con un hombre?

Una sonrisa floreció en su bonito e inteligente rostro.

—¡Oh, no! ¡Ningún hombre! ¡Per amor de Deus!

Al instante, lo invadió una sensación de alivio que lo arrastró enseguida a un estado de ansiedad y de miedo por la respuesta que habría podido recibir.

—¡No me diga que una mujer guapa como usted no tiene un hombre que la está esperando en algún lugar do mundo!

Era una frase de perfecto gallito italiano, pero no encontraba otra manera para descubrir si estaba disponible.

—A lo mejor… No puedo impedir que me esperen. Pero yo ya no tengo tiempo para estas cosas.

—¿Quiere hacerme creer que ya no piensa en el amor?

—Siempre pienso en el amor… Hay muchas cosas para amar: el sol, la comida, los niños, los animales, los amigos, la música, el mar… pero ya no pienso en los hombres.

—¿Y qué le hemos hecho que pueda ser tan terrible?

—Vosotros buscáis a una madre que por la noche se convierta en puta.



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